Personas afrouruguayas luchan contra la marginación y el racismo

Uruguay.

La uruguaya Débora Rodríguez es campeona sudamericana de 800 metros y cuenta que sólo corriendo logró sentirse una más. “Porque yo cuando era niña, cuando era adolescente, me decían negra de mierda. Y toda mi vida lidié con la negra de mierda y hasta el día de hoy lidio con la negra de mierda”, explicó Débora Rodríguez.

Uruguay ostenta el menor índice de desigualdad de Sudamérica y la tasa de pobreza más baja en América Latina y el Caribe, además de ser uno de los países con mejores estadísticas de inclusión social en la región. Pero un estudio reciente del Banco Mundial indica que los afrodescendientes que representan al menos 8 por ciento de la población son más susceptibles de ser excluidos.

“Pero yo tuve unos padres que realmente me ayudaron a sentirme orgullosa de lo que era. Me decían: ¿y por qué lloras si sos negra? Vos tenés que sentir, sentirte orgullosa de quién sos”, relató Débora Rodríguez.

Romina Di Bartolomeo, de 29 años, modelo y conductora radial, también sintió la presión para encajar en los estándares de belleza: “Las situaciones de racismo que vivía en la moda fueron referidas a mi aspecto físico, por ejemplo, a mis motas, a mis rasgos, a mi color de piel”, contó Romina.

Según el Banco Mundial, el 20 por ciento de los afrouruguayos viven en la pobreza, el doble de la tasa nacional. Además, tienden a ganar 11 por ciento menos por el mismo trabajo y tienen 20 por ciento menos de probabilidades de completar estudios secundarios. “No hace falta que haya racismo directo para que haya discriminación racial. Entonces la discriminación está ahí, está en los números, están en la vida cotidiana, está la negación que es una forma de discriminación”, explicó Germán Freire.

Algunos, sin embargo, dicen que no sienten racismo. “No es racismo. El racismo lo que puede ser que te ven de otra manera. Hay gente que lo ve como «Ah, mira ese tal, mira cómo se vistió, mira cómo está sucio»… Pero si te ponen a hablar contigo, vaya, lo paraste”, comentó Pablo Pérez.

Según especialistas, los afrouruguayos no tienen casi referentes de su comunidad en posiciones encumbradas. En el Parlamento uruguayo pasaron casi dos siglos antes de que una persona negra ocupará un puesto en 2005 y la primera en llegar al Senado, Gloria Rodríguez lo logró recién en 2020. Pese a los avances, la senadora del oficialista Partido Nacional cree que Uruguay está lejos de reducir la brecha. “Estamos hablando de que tenemos un racismo institucionalizado.

El racismo se manifiesta cuando se dice «Gloria es la primera mujer afrodescendiente que llegó al Senado»… Acá es una muestra de racismo”, manifestó Gloria Rodríguez. Para la senadora la comunidad afrodescendiente ya tiene sus derechos adquiridos, pero ahora resta cumplirlos y dejar atrás el racismo.