Paraguay.

En una comunidad cerrada en el sur de Paraguay, un puñado de europeos ha encontrado un refugio donde sentirse cómodos. Gerhild Wichmann y Heinz Kloetzner llegaron en octubre de 2020 desde Alemania. Sin saber español y sin estar vacunados contra el COVID-19, querían alejarse de las que consideran excesivas regulaciones, normas e impuestos de Europa.

La comunidad Paraíso Verde se presenta como una colonia libre; se ubica a los alrededores de Caazapá, a unas cuatro horas de Asunción. Sus habitantes dicen huir de las tendencias socialistas en todo el mundo y la propagación global de implementaciones como el 5G, la vacunación obligatoria y los mandatos sanitarios. “Estamos en camino a una nueva era de mucha libertad, sin libertinaje”, dijo Juan Buker, presidente de la compañía Reljuv que administra el lugar.

En Paraíso Verde, existe cierta desconfianza con los medios, después de algunos reportajes que los describieron como “conspiranoicos”. Muy pocos quieren hablar. Uno de los interlocutores autorizados es el alemán Uwe Craemer a cargo del centro de salud y quien se presenta como médico naturalista, dedicado a la homeopatía y a la ozonoterapia. Dijo que en Europa no hay lugar para él.

Algunas viviendas están terminadas, pero muchas aún están en construcción. La comunidad asegura que cuando las obras hayan concluido, tendrán capacidad para acoger a 20 mil personas. La fiscalía paraguaya ha recibido denuncias por estafa, lesión de confianza y seca de los humedales aledaños. Actualmente, unas 250 personas viven en Paraíso, según Buker.

A la espera de que la infraestructura esté lista, algunos colonos se fueron como una pareja de jubilados: “volveremos en unos 4 o 5 años cuando el proyecto tenga más gente, más calles, más internet, más electricidad y agua”, dijo Waltraud Gotzler, una mujer que habitó Paraíso Verde.

Otros que se marcharon, dicen que muchas cosas son muy distintas a como les habían dicho. En su página web, Paraíso Verde señala que muchos de quienes se fueron de la colonia, querían seguir viviendo en el viejo sistema y que ahora son más selectivos, por lo que rechazan a un 40 por ciento de los solicitantes.