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Hasta ahora, la imagen que se tenía de muchas de las especies de dientes de sable es que tenían los caninos superiores expuestos al cerrar la boca, según un nuevo estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews. Sin embargo, la investigación demuestra que sus colmillos quedaban ocultos al cerrar la boca, como ocurre en tigres, leones y leopardos modernos.
El equipo de científicos, llevado a cabo por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), la Universidad Comenius de Bratislava (UNIBA), y la Universidad de Valladolid (UVa), ha analizado esta característica en uno de los géneros más emblemáticos de grupo, Homotherium, y en miembros más primitivos, como Machairodus –del cual tenemos una excelente representación en los yacimientos del Cerro de los Batallones en Madrid– y Amphimachairodus.
“El estudio ha sido posible gracias a un profundo análisis sobre la anatomía de carnívoros actuales, que ha incluido disecciones en laboratorio y grabaciones de animales salvajes en libertad”, explica el paleoilustrador y colaborador del MNCN, Mauricio Antón.
“Para las disecciones hemos contado con especímenes de grandes félidos como leones, tigres y leopardos, lo que nos ha permitido acceder a datos de primera mano sobre su anatomía y miología”, indica Juan Francisco Pastor, profesor titular del departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid y director del laboratorio de Anatomía Comparada.
Tras la exhaustiva toma de datos, los autores compararon sus observaciones con un cráneo de Homotherium procedente del yacimiento francés de Perrier, del Plioceno superior, hace unos 2,8 millones de años. El hueso, muy bien conservado, permitía observar diversas zonas de inserción muscular y medir la distancia que existía entre los caninos superiores y la mandíbula cuando la boca estaba cerrada.
Según explica la investigadora de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Comenius de Bratislava, Gema Siliceo, “el cráneo de Homotherium de Perrier es uno de los mejores del registro de este género, y proporciona una información muy precisa sobre su anatomía y biomecánica cráneo-mandibular. Hemos trabajado sobre archivos digitales de este cráneo gracias a la tomografía computarizada realizada en el Museo Nacional de Historia Natural de París, lo que facilita mucho el estudio de especímenes tan delicados como este”.
Por su parte, Manuel Salesa, científico titular del departamento de Paleobiología del MNCN-CSIC, recuerda que “Homotherium, al igual que otros géneros de félidos dientes de sable, poseía unos caninos superiores aserrados, comprimidos lateralmente, y tan largos que sobrepasaban el nivel inferior de la mandíbula, lo que a priori sugería que al cerrar la boca asomarían sobre el labio inferior”.
Sin embargo, como indica Antón, “al analizar los fotogramas de las filmaciones que realizamos sobre félidos actuales en África y La India, en las que estos mostraban diferentes expresiones faciales, comprobamos que el labio inferior cubre los caninos superiores al cerrar la boca, incluso en especies con caninos relativamente largos”.
¿Un cambio de paradigma?
El cambio de paradigma obligará a revisar las reconstrucciones del aspecto en vida de los félidos dientes de sable, algo a lo que Mauricio Antón, uno de los paleoilustradores de mamíferos más prestigiosos, ha dedicado gran parte de su trayectoria artístico-científica.
“El asunto de mostrar los caninos expuestos al reconstruir a Homotherium llevaba tiempo generándome dudas, pero sin el estudio que hemos realizado, lo más conservador era asumir que, dada su longitud, no serían cubiertos por el labio inferior al cerrar la boca”.
El trabajo también concluye que otro gran félido dientes de sable, Smilodon, con caninos superiores aún más largos que los de Homotherium, sí expondría estos por encima del labio inferior cuando cerrara la boca.
Según Manuel Salesa “esto plantea nuevos enigmas, como, por ejemplo, en qué momento se produjo la transición entre los antepasados de Smilodon, de caninos cortos y ocultos por el labio inferior, como Promeganteron ogygia, a las formas de caninos largos y expuestos”.
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