Bogotá, Colombia.
El arte comunitario es un puente clave para la construcción de memoria en Colombia, razón por la cual este sábado dos emprendimientos presentarán en Bogotá sus proyectos, los cuales abordan la relación entre el arte y la comunidad para dicha tarea en el marco del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas.
Bogotá acoge 380.000 víctimas, según el boletín trimestral de personas en esa condición residentes en la ciudad del Observatorio Distrital de Víctimas del Conflicto Armado.
Por ello, el Instituto Distrital de las Artes (Idartes), según asegura en un comunicado, «reconoce en las víctimas un papel determinante para la construcción de memoria y desarrolla acciones artísticas, en conjunto con organizaciones y colectivos de víctimas, que promuevan la resignificación y reivindicación de los derechos de las poblaciones que han sido afectadas por las violencias en diferentes territorios de Bogotá».
A través de la Línea Arte y Memoria sin Fronteras, el Idartes trabaja con iniciativas para que los participantes expongan sus vivencias y resiliencias, y además propongan ideas para construir paz.
“En Idartes le apostamos al arte y la cultura como herramienta de paz y apoyamos, a través de nuestros programas, a los artistas y generadores de cultura, lesionados por este pasado violento», expresó la directora del Instituto, Catalina Valencia.
Arte y memoria en la plaza
Este sábado, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, centro del poder legislativo y judicial de Colombia, se realiza «un proceso de circulación» de los emprendimientos juveniles Fuego Joven y Tallando Memorias, «que abordan la relación del arte y los procesos comunitarios para la construcción de memoria, desde el pirograbado y el grabado en linóleo».
Estos fueron consolidados a través del proyecto «Con el poder del arte», llevado a cabo junto a la Fundación PLAN y cuyo objetivo es buscar cómo potenciar el ser personal y social de los jóvenes.
«Durante 60 años, desde Fundación PLAN hemos atendido niñas, niños, adolescentes y jóvenes en el marco del conflicto y con todo tipo de afectaciones en zonas rurales y urbanas con diversos actores», explicó la presidenta ejecutiva de esa organización, Beatriz Anzola.
Agregó: «Por eso, para nosotros la alianza con Idartes es fundamental en la medida en que nos permite utilizar el arte como medio de expresión y canalización de ideas y nos ayuda a transformar la realidad de los territorios».
Para Esteban Balcazer, del colectivo Fuego Joven de Usme, Colombia es un país violento en el que «ahora más que nunca necesitamos del arte».
«Nosotros, a través del pirograbado, queremos generar identidad en nuestra localidad: Usme. Antiguamente, se creía que el fuego del dragón calentaba las espadas y con eso los chinos dejaban sus historias grabadas en los árboles. Esta alternativa la utilizamos para contar la historia de Usme», añadió el joven.
Entre tanto, María José Céspedes, integrante de la agrupación Tallando Memorias, aseguró que «la memoria es el primer momento en el que las personas se detienen para entender lo que está sucediendo con el fin de que las problemáticas no se vuelvan a repetir en el entorno».
«Con el arte, mediante la expresión creativa y la sensibilización, generamos memoria y le damos visibilidad a nuestras historias e identidad”, expresó.
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