España.

La concentración de recursos públicos para enfrentar la pandemia de la COVID-19 en Latinoamérica provocó una desatención de los programas de prevención y tratamiento del VIH/Sida y recrudeció el estigma hacia esta población.

Yari Campos, activista con VIH/Sida mencionó que “una persona con VIH prefirió no ir a retirar medicamentos que tener que decirle al administrador del edificio que necesitaba hacerlo. Preferían no salir a buscar sus medicamentos para no decirlo a los policías”.

En el encuentro, organizado por la Alianza Liderazgo en Positivo (ALEP) y Poblaciones Clave, los participantes denunciaron la desatención y las deficientes respuestas del Estado al VIH por la COVID-19, y exigieron que el asunto sea puesto en su agenda ya que está causando una severa afectación en la población.

Según Campos, lo que ha ocurrido es que los equipos para el testeo de carga viral y CD4 (recuento de linfocitos), para determinar la salud de las personas con VIH en tratamiento, fueron utilizados para hacer las pruebas de COVID-19.

En razón de ello, las personas con VIH han quedado en una situación precaria, «fueron mandadas a sus casas y hoy tratamos de rescatarlas» para su tratamiento, dijo Campos. Ante el aumento de las infecciones por el VIH en América Latina se requiere de más financiación estatal dirigida a las poblaciones clave, dijo la venezolana Alejandra Corao, asesora de Servicios y Sistemas de la Oficina Regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe en Panamá.