Literatura infantil también ¿para adultos?

Jalisco, México.

Periodista y escritora, María José Ferrada participó en el Encuentro de Promotores de Lectura “Literatura infantil y juvenil. ¿Sólo para chicos?” que organiza la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La chilena dictó la conferencia “Leer, escribir, mirar el mundo”, moderada por Cecilia Espinosa Bonilla, directora de Fundación SM México.

María José es una de las autoras más importantes e influyentes en el mundo de la literatura infantil y juvenil de Latinoamérica, pues durante 16 años se ha dedicado a la escritura de textos dirigidos a dicho público:

“Su obra aborda desde la belleza de las cosas cotidianas hasta las huellas con que dictaduras y procesos migratorios traumáticos han marcado dolorosamente algunas infancias” reconoce Cecilia. Además, sus libros se han publicado en diferentes países y traducido a catorce idiomas.

La galardona con el Premio Academia Chilena de la Lengua recordó cómo inició su relación con los libros:

“Comenzó cuando todavía no sabía leer ni escribir. Empezó con el tiempo que me dedicaba mi madre (…) Mi madre cansada del trabajo, llegaba, pero se daba un tiempo para leer conmigo. Esa lectura vinculada a su voz hizo que yo después buscará otras historias. Me enseñó sin decirlo, que los cuentos también eran una forma de entregar cariño al que lo recibe, al que lo escucha”.

Ferrada descubrió su vocación cuando aún era una niña, disfrutaba las tareas de lenguaje, pero no de matemáticas: “tengo un hermano quince años menor…a mí me gustaba escribir, quería hacerle un regalo y esa era el único regalo que yo le podía hacer. Y ahí descubrí una forma de escribir”, relata la periodista.

¿Cómo los niños miran el mundo? María José, que parte de esta premisa para crear sus historias, charló con Cecilia sobre sus obras “Niños” y “Mexique”:

“Esos libros tienen una característica, hablan de la memoria, de grupos de niños que han sufrido el exilio o la persecución política (…) Los niños hacen preguntas muy profundas al respecto, los niños también sienten la angustia que sentimos nosotros frente a estos temas. Pero como tenemos esta obsesión con que los niños tengan una infancia feliz, no les hablamos de estos temas”.

A través de la literatura es posible comprender la belleza y la oscuridad. Las palabras tienen el poder de capturar instantes, explica la autora chilena. Sobre la respuesta de los padres a las lecturas que ella comparte con niños, niñas y jóvenes concluye:

“Estos libros tienes las dos recepciones: hay padres que sí los acogen y los muestran a sus hijos; pero también hay un rechazo a la lectura un poco ingenuo, porque parece que, si no leemos cosas tristes, la tristeza desaparece, no entiendo ese temor (…) La infancia son los años de las preguntas y creo que la literatura acompaña en esas preguntas, de manera sencilla, con un lenguaje sencillo. Un buen libro para niños que intenta acompañar en esas preguntas, también será una buena compañía para el adulto”.

Por: Laura Reyes / NCC Iberoamérica.