Florianópolis, Brasil.-

Los países pro y anticaza de ballenas se vieron las caras el lunes en Brasil al iniciarse la reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), en medio de la indignación por la propuesta de Japón de poner fin a una moratoria de tres décadas sobre la caza comercial de estos cetáceos.

El presidente entrante de la Comisión, el japonés Joji Morishita, dijo que el encuentro podría determinar el futuro del organismo intergubernamental de 89 miembros, dividido durante años por persistentes disputas entre conservacionistas y balleneros.

Morishita dijo a la AFP que quiere «cambiar el paradigma de la negación mutua al del respeto mutuo». 

«Nuestro desafío en esta reunión es si podemos unir las dos ideas diferentes o encontrar una solución en la que podamos estar de acuerdo en estar en desacuerdo, de modo que podamos mirar hacia el futuro en lugar de simplemente luchar entre nosotros», dijo Morishita.

Pero las partes parecían estar tan alejadas como siempre respecto al sensible tema de la caza de ballenas cuando comenzó la reunión de una semana en la ciudad costera de Florianópolis.

Y es que Brasil, el país anfitrión, y Japón, proponen dos visiones diametralmente opuestas de cómo gestionar la conservación y explotación de este enorme mamífero.

Japón ha presentado un documento titulado «El camino a seguir» que propone crear un «Comité de Caza de Ballenas Sostenible» para los países que desean permitir a sus ciudadanos cazar poblaciones sanas de ballenas con fines comerciales. Pero miembros anticaza de ballenas como la Unión Europea, Australia y Nueva Zelanda están decididos a bloquearlo.

Brasil, por su parte,está tratando de unir a las naciones anticaza de ballenas detrás de una «Declaración de Florianópolis», que insiste en que la cacería comercial de ballenas ya no es una actividad económica necesaria y que permitiría la recuperación de todas las poblaciones de ballenas a los niveles previos a la existencia de la caza industrial.

Brasil también quiere ampliar la zona de protección del santuario Austral y el del Océano Índico actuales a todo el Atlántico Sur.

«La propuesta de Japón es deficiente en términos de procedimiento y llevaría a la Comisión Ballenera Internacional a los días en que presidió operaciones balleneras insostenibles», dijo Leigh Henry, directora de política de vida silvestre de World Wildlife Fund (WWF) en Estados Unidos.

Otros temas clave que se discuten en la cumbre son las amenazas para las ballenas de la contaminación acústica submarina producida por el hombre, los ataques de embarcaciones, el cambio climático y las artes de pesca abandonadas en las que estos cetáceos quedan atrapados cada vez más.

Los países que se oponen a la caza de ballenas planean renovar una propuesta de larga data para la creación de un santuario de ballenas en el Atlántico Sur, luego de que propuestas anteriores fueran rechazadas por el lobby procaza de ballenas.

– Moratoria –

La moratoria, acordada en 1986 en medio de temores de que algunas especies se estuvieran extinguiendo, sigue vigente, con algunas excepciones.

Islandia y Noruega son los únicos países que permiten la caza comercial de ballenas y es probable que se vean sometidos a nuevas presiones en la reunión de la CBI, que se extenderá hasta el viernes.

Japón observa formalmente la moratoria pero aprovecha una grieta de «investigación científica» para matar a cientos de estos mamíferos cada año pese a las críticas internacionales.

Este país ha intentado regularmente flexibilizar la prohibición de la CBI sobre la caza comercial, y está presionando para lograr un cambio en las reglas que permita que las decisiones se tomen por mayoría simple en lugar de por la mayoría de tres cuartos que rige actualmente.

«Las propuestas de reforma tienen como objetivo hacer que la CBI sea capaz de tomar decisiones nuevamente como organismo de gestión de recursos, y creemos que sería en interés de todos los miembros, incluidos los países que luchan contra la caza», dijo el portavoz del gobierno japonés, Yoshihide Suga, a periodistas en Tokio.

«Nuestro país espera que las reformas reciban apoyo, que la CBI vuelva a funcionar como una organización de gestión de recursos y que se reanude la caza comercial de ballenas. Haremos los mayores esfuerzos», dijo.

Otra categoría de exención es la que permite la caza de subsistencia por comunidades aborígenes en varios países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, Groenlandia y San Vicente y las Granadinas.

Los grupos de conservación se oponen a una propuesta anterior a la CBI de aumentar las cuotas anuales de matanza de ballenas para estos países, y la renovación automática de esas cuotas cada seis años sin consultar al comité científico.

«WWF reconoce la necesidad de la caza de ballenas de subsistencia aborigen donde se lleva a cabo para el consumo local, pero los países no deben pasar por alto a la Comisión, debilitando la IWC y el impacto que esto puede ayudar a crear», dijo Aimee Leslie, experta en cetáceos de WWF Global.

Por: Agence France-Presse/Denis BARNETT