México.

El murciélago pertenece al grupo de los quirópteros y tiene 5 dedos muy largos en cada mano. Entonces, uniendo los dedos de las manos con los brazos y las patas, se encuentra una membrana elástica y resistente de piel que al extenderse da forma a sus alas. Un poco como estos trajes de wingsuit de paracaidismo.

Son el único mamífero que puede volar. Pero las creencias populares los definen de dos maneras: una, que son peligrosas criaturas nocturnas que saldrán por las noches para chupar sangre de los animales e incluso del cuello de los humanos. Y la otra, que solo viven en cuevas y que solo son ratones ciegos con alas.

En primer lugar, no es ratón ni está ciego. Son cortos de vista, eso sí, pero localizan obstáculos y su alimento mediante un sistema de ultrasonidos de alta frecuencia que generan en la garganta y emiten por la boca o nariz. A esto se le conoce como la eco localización.

El sonido al chocar con una superficie rebota y el murciélago lo capta con sus oídos en milésimas de segundo. Si escucharon bien, es tan rápido como un parpadeo. En milésimas de segundo, su cerebro calcula la distancia a la que está el objeto. Qué bien puede ser un insecto la pared de una gruta o una estaca de madera. Así se orientan y vuelan con una agilidad asombrosa.

Los murciélagos son ciudadanos del mundo. Habitan en los cinco continentes, excepto en los polos, que bueno, no es un lugar muy cómodo para vivir, salvo si eres un pingüino o un oso polar, o una foca o un esquimal.

Para escoger su morada solo buscan una condición que haya algo que sirva de percha, porque cuando no están volando, se cuelgan con sus dos patas traseras de árboles huecos, techos de cuevas o hasta en construcciones humanas como pirámides, en sitios arqueológicos, debajo de puentes o techos de las casas. Y así pueden permanecer por horas todo el día cuando duermen.

Como otras especies de mamíferos, las madres que salen a buscar comida dejan a sus bebés en su cueva. Pero hay una especie de murciélago en particular que deja a sus crías algo así como las maternidades o las guarderías. Imagínate enormes espacios con miles de crías que permanecen juntas. Cuando las madres regresan, vuelan sobre los pequeños hasta que localizan el sonido y el olor de su propia cría. Y si no estás segura, prueba un poco de su orina. Después de reconocerse, el bebé se trepa al cuerpo de su madre y se van juntas.

Por: TV UNAM.