Guadalajara, México 

En la charla «Autonomía audiovisual, producción fílmica en pueblos originarios«, en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), Elvis Caj, Enrique Salanic y Luna Marán, junto con Mauricio Bidault, charlaron sobre la representación de los pueblos originarios en el cine.

Nos tocó vivir una época donde las imágenes son omnipresentes, tenemos este faro llamado cine y pareciera que lo más importante es tener oferta de contenidos audiovisuales, pero a veces hacen falta otras miradas.

La representación de las historias en el cine es importante y el director guatemalteco de cine, Elvis Caj, dijo que la necesidad de contar nace “cuando no nos vemos representados. Cuando queremos crear desde nuestro horizonte. El cine que hacemos tiene nuestras vivencias, realidades honestas y necesarias”.

El cine es un ejercicio de narrar y “este es una necesidad cultural en cualquier lugar del mundo. Las historias que construimos, nos dicen quiénes fuimos, quiénes somos y qué queremos. El arte ha necesitado una infraestructura que ha sido cortada por una élite”, agregó la actriz, Luna Marán.

El arte, y en particular el cine, ha sido concentrado en las culturas occidentales y “el hecho de que nuestro cine no sea hegemónico, tiene que ver con un asunto de clasismo, racismo y discriminación. Entenderlo desde ahí ayuda a comprender el proceso y qué se hace en los pueblos. El hecho de que estemos aquí es gracias a una lucha que personas han hecho antes para usar estos medios”, expresó Luna.

La diversidad de los pueblos mayas no se ha tomado en cuenta, así lo recordó el actor Enrique Salanic. “Desde hace tiempo hemos creado arte en las diferentes formas que nosotros lo hacemos, pero nadie nos hace caso. Además de escucharnos, el cine actual trata de buscar la simplicidad y hay algo hermoso ahí, pero nuestros pueblos son complejos y llevarlo al cine es muy difícil, pero con el tiempo espero vaya cambiando esto”.

“Hay tantas formas de pensar y eso es lo que se quiere exponer. Lo complejo y el escucharnos es lo que nos hace querer crear cine desde nuestros conocimientos y no es una perspectiva, es un conocimiento milenario”, recalcó Enrique.

“Es importante resaltar que hemos hecho cosas, pero el que no se haya conocido tiene que ver con una invisibilización”, agregó Luna, quien dice que “debemos hacer memoria histórica y pensar por qué nuestra historia no está en los libros y en este ejercicio de memoria, es cuando vemos que no es casualidad que estemos en esta situación, sólo veamos quiénes han tenido el poder de los medios de producción”.

También, hace hincapié que no depende en su totalidad del individuo consumir o producir cine. “No son decisiones individuales qué ver en la televisión, qué ven en las plataformas: es una imposición. Los que están detrás de las plataformas son los que deciden qué es lo que se ve y esto ha sido histórico”.

“Necesitamos un reflejo honesto de lo que vivimos nosotros. Nuestro cine existe, tiene relación con nosotros y funciona localmente. Pero para que funcione a nivel global, nuestras historias tienen que estar en esos espacios desde la realización por nosotros mismos”.

Muchas ocasiones, personas externas a las comunidades originarias han realizado filmes, pero “son miradas distantes donde se nos ve como animales. La historia desde nosotros será distinta, llena de otros conflictos y otras narrativas: vernos desde nuestras propias estructuras”, concluyó Luna.

En los pueblos originarios “la creación ha estado y la tecnología siempre ha existido de maneras diferentes. Ahora con la llegada de internet y celulares, nos permite guardar la memoria histórica, pero lo limitado es la accesibilidad porque todo está centralizado”, dijo Enrique.

“Definitivamente, el poder tener un papel y lápiz, el poder de escribir, de tener un teléfono: es un privilegio. Se ha normalizado, ‘eso todos lo saben’, pero desde hace tiempo hay una intencionalidad de no educar y no proveer oportunidades a los pueblos”, agregó el actor.

“Las narraciones a las que estamos acostumbradas, son deshumanizadas. Nos hacen relacionarnos con los que son responsables de la crueldad humana. No es más difícil pensar en matar al rey o a las princesas, son lindos… Pero en la vida real no mueve igual acabar con la cultura, quiénes son esos, no hablan, no hacen nada”, dijo Luna.

Cuando se construyen narrativas no centralizadas donde no existe un ganador, un perdedor, un cine que apele a las relaciones humanas sanas, dicen que es aburrido, que eso no es cine”, concluyó la actriz.

“Somos capaces de contar nuestras propias historias, otros deben dejar de contar nuestras experiencias. Es momento de reivindicarnos”, dijo el director Elvis Caj.

Por: Leslie Almanza / NCC Iberoamérica.