Paris, Francia. 

El Museo Picasso de París presenta hasta el 13 de enero de 2019 una retrospectiva de las pinturas más simbólicas del artista, un paseo cronológico que refleja la obstinación del autor por dar con la obra definitiva.

En la búsqueda permanente de los límites de la creación artística, el pintor Pablo Picasso desarrolló una vasta producción marcada por obras clave como el Guernica o Las Señoritas de Avignon, cuya fama ha borrado del recuerdo la dificultad del autor para definir su gran obra maestra.

Uno de los ejemplos que podrá disfrutarse ahora en París es La Danza, expuesta en la Tate Modern de Londres pero que el pintor no quiso vender hasta 1965, cuarenta años después de su concepción.

La exposición, que cuenta con un amplio número de préstamos procedente de centros de toda Europa, arranca con sus ilustraciones para La obra maestra desconocida, escrita en 1831 por Honoré Balzac.

El visitante no encontrará esta pintura ni el Guernica pero sí podrá disfrutar de todos los bocetos y ensayos de preparación, el impacto en su época e incluso el eco que muchos de sus lienzos obtuvieron años después.

Un buen ejemplo es la serie de Arlequines que empezó a dibujar en los años veinte y hasta el final de su vida, la cual propició que los ciudadanos de Basilea (Suiza) organizaran protestas y una colecta para impedir que Arlequín sentado abandonara el museo local.

La exposición, que presenta además un recorrido para niños, debido a la aceptación del pintor entre los más pequeños, presenta también su escultura, conocida en la actualidad pero no en su época, ya que no fue hasta 1966, en la primera retrospectiva de su obra, cuando se mostró al público.

Otras famosas series se exponen también como los tres grandes lienzos de Bañistas, expuestos por primera vez juntos en Francia, o Mujeres en el Baño, tras una reciente restauración, Cabezas de hombre, sus últimas producciones de 1972, un año antes de su muerte.

Por: EFE