Serbia.
Serbia encontró un defensor de las vacunas contra la COVID-19 en la persona menos esperada: un ermitaño. Hace casi 20 años Panta Petrovic convirtió el distanciamiento social en su estilo de vida, al mudarse a una pequeña caverna en Serbia para evitar el contacto con la sociedad.
“Decidí vivir aquí por la libertad, no era libre en la ciudad. Siempre hay alguien en tu camino. Aquí nadie me molesta”, dijo Panta Petrovic. El año pasado, en una de sus visitas al pueblo, descubrió que había una pandemia. Cuando aparecieron las vacunas contra la COVID-19, se inoculó y ahora urge a todos a hacer lo mismo.
Petrovic dijo no entender las quejas que hacen algunos escépticos y asegura creer en un proceso que busca erradicar las enfermedades. “Está todo enredado con la política, computadoras y más. Ahora todos se quejan de las vacunas. Unos me dicen que es una buena vacuna, otros me dicen que no. A mí me inyectaron, ahora quiero recibir la tercera dosis, incluida la adicional, pido a todos los ciudadanos a vacunarse. A todos», expresó.
No le teme a la soledad, pero está decidido a mantener al coronavirus lejos de su caverna.
Por: AFP.
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