Canadá.
Las bacterias oceánicas del Ártico canadiense son capaces de biodegradar los combustibles fósiles, según un nuevo estudio.
Científicos de la Universidad de Calgary encontraron en las aguas heladas del Ártico unos sorprendentes microbios que, según ellos, responderían bien a un vertido de petróleo en la región.
Paraperlucidibaca, Cycloclasticus y Zhongshania, tipos de bacterias que viven en el mar del Labrador, son capaces de descomponer los combustibles fósiles presentes. De este modo, limpian el océano, asegurando que siga siendo un recurso vital para las comunidades indígenas de los alrededores.
El coautor del estudio, el Dr. Casey Hubert, profesor asociado de geomicrobiología de la universidad, explica que fue uno de sus alumnos quien le alertó del asunto.
Sean Murphy, que creció en la región, instigó el proyecto tras reconocer la compleja relación que los habitantes de Terranova y Labrador tenían con el petróleo en alta mar. Les aportaba beneficios en forma de combustible, pero la comunidad se había visto profundamente afectada por el vertido de petróleo de Deepwater Horizon en 2010.
Por ello, Murphy centró su investigación de máster en el mar del Labrador para «ayudar a informar sobre futuras estrategias de mitigación de derrames de petróleo… a bajas temperaturas en la región».
¿Cómo realizaron los científicos el experimento?
En el estudio, los investigadores simularon la neutralización de derrames de petróleo dentro de botellas, combinando el lodo de los primeros centímetros del lecho marino del Ártico con agua de mar artificial y gasóleo o petróleo crudo.
Los experimentos se realizaron a 4°C, para aproximarse a la temperatura del Mar del Labrador, y se dejaron durante varias semanas para ver qué pasaba.
«Nuestras simulaciones han demostrado que las bacterias naturales que degradan el petróleo en el océano son las primeras en responder a un derrame de petróleo», dice el Dr. Hubert.
¿Podría el descubrimiento ayudar a elaborar futuras estrategias contra el derrame de petróleo?
Básicamente, todas las estrategias previas a un vertido, ya sea en el Ártico o en cualquier otro lugar, señalan la prevención como el factor más importante.
Pero los planes de respuesta en caso de emergencia son igualmente importantes, como se vio en marzo de este año cuando el gobierno israelí «no estaba preparado» para la limpieza de un derrame masivo de petróleo en sus costas. Un vertido en Mauricio en 2020 también amenazó la seguridad del país insular, lo que llevó a los ciudadanos a recurrir al uso de pelos y redes para limitar los daños en las playas.
El impulso de este estudio sobre el Ártico canadiense fue que en estas «aguas permanentemente frías» está aumentando la actividad industrial relacionada con la navegación marítima y el petróleo y el gas en alta mar.
Por ello, el descubrimiento de esta bacteria devoradora de combustibles fósiles es crucial si queremos mantener la seguridad de la región y de sus habitantes en el futuro.
La costa del Labrador es importante para los pueblos indígenas que dependen del océano para alimentarse. A diferencia de lo que ocurre en latitudes más bajas, en esta zona del norte no se ha investigado la biodegradación, hasta ahora, añade el Dr. Hubert.
«A medida que el cambio climático prolonga los periodos sin hielo y aumenta la actividad industrial en el Ártico, es importante comprender la forma en que el microsistema marino del Ártico responderá si se produce un vertido de petróleo o combustible», prosigue.
Es especialmente significativo, ya que «esta región sigue siendo vasta y remota, de modo que una respuesta de emergencia ante un derrame de petróleo sería complicada y lenta».
Las bacterias localizadas «pueden ser protagonistas de la respuesta a los vertidos de petróleo en el mar Ártico», concluye Hubert.
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