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Un ingenio azucarero en Brasil se convierte en museo

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Brasil.

El ingenio azucarero de Santa Terezinha que llegó a ser el mayor de Brasil en el siglo pasado. Resurge convertido en un gran museo a cielo abierto en pleno bosque. Este complejo de treinta hectáreas  situado en una zona rural del estado de Pernambuco alberga lagunas, un jardín botánico y especímenes de la fauna silvestre que dividen el espacio con una escuela de música y obras de artistas contemporáneos de Brasil y otros países.

A 130 kilómetros de Recife, la capital regional, y a diez del casco urbano de Agua Preta, está localizada la Usina de Arte, un proyecto de la familia Pessoa de Queiroz, propietarios del ingenio azucarero desactivado a finales de los años noventa. El parque-museo ganó repercusión internacional este año con la gigantesca reproducción de la vulva de una mujer, esculpida en una de las laderas por la artista Juliana Notari, una obra que alzó la voz contra el abuso secular sufrido por las mujeres y abrió las heridas de una cultura aporreada por el actual Gobierno.

Junto a esta y otras obras de artistas consagrados está la de el soldador Rolando Tavares, quien se desempeña también como conductor de una cuatrimoto que arrastra vagones para el desplazamiento de los visitantes dentro del recinto y que terminó contagiándose de arte y tiene una creación suya expuesta aquí.

“Soy empleado del jardín botánico, pero estuve dentro de la bodega dando una mirada, en la chatarra, y pensé en hacer una obra de arte con piezas y traerla al jardín botánico. El nombre de la obra es ‘Renacer’, porque tenemos que renacer de verdad como la usina” declaró Tavares.

Varios artistas de la ola contemporánea, todos con exposiciones a nivel internacional, como el ucraniano residente en Estados Unidos Vadim Karchenko y el estadounidense S. Shigley, han pasado por la Usina de Arte.

Por: EFE.

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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