Portugal.

Sentarse en un café con los amigos es un sueño para tantos que ya puede ser posible en Portugal. Casi todo el mundo pasó los últimos dos meses en casa, esto estaba prohibido, pero ahora vuelven a abrir las escuelas de primaria, el comercio y la hostelería.

“Me siento casi eufórica, estar sentada aquí, ver a la gente pasear”, “jamás me opuse al confinamiento, era muy importante pero todos necesitamos disfrutar de la vida en lugar de solo ir a trabajar y estar mirando todo el día la pared en casa”, son algunos testimonios de los portugueses que visitan las playas.

Durante meses, el centro de Lisboa lucía solitario, estaba todo cerrado. El gobierno decretó el teletrabajo para la mayoría, un cierre radical como respuesta a un desastre. Portugal llegó a registrar las tasas de infección más altas del mundo. Las unidades de cuidados intensivos estaban desbordadas, pero el confinamiento redujo el número de infecciones diarias, de más de 12 mil a principios de febrero, a poco más de 400 nueve semanas después.

Frente al hospital más grande de Lisboa, más de 40 ambulancias hacían cola ante la entrada de emergencias durante los peores días de la pandemia. Ahora, ya son pocos los pacientes con COVID-19 en las unidades de cuidados intensivos.

Algunos observadores hablan del milagro de Portugal. Baltazar Nunez, cree más en la ciencia que en los milagros, el epidemiológico miembro del grupo que asesora al gobierno portugués en la gestión de la pandemia, asegura que una de las medidas más impopulares pudo ser decisiva.

“Las cifras se redujeron un poco al cerrar las tiendas y al implementar el teletrabajo, pero fue cuando cerramos todas las escuelas cuando las cifras de infección cayeron realmente”, explicó el epidemiólogo. Nunez afirma, que a pesar de los procesos, el peligro sigue latente y que la pandemia nos seguirá afectando hasta el siguiente año. Aunque el cierre afectó gravemente la economía nacional y disparó el desempleo hasta en un tercio, ahora mismo todos pueden disfrutar de un momento de libertad bajo el sol.

Por: Deutsche Welle.