Brasil.
El linaje P.1, una variante del SARS-CoV-2 identificado en Manaos, tiene una serie de mutaciones en comparación con su “cepa madre” (B.1.1.28), especialmente en la región de su proteína ‘spike’ (espícula), confirmó a SciDev.Net Esther Sabino, una de las investigadoras que participó en su caracterización genética. Ello conduciría a un aumento en su transmisibilidad aunque de momento se desconoce si también conllevaría más riesgo de infección severa.
“Esta proteína se encuentra en la superficie del virus y se une a los receptores de las células humanas. Las mutaciones en esta región en general pueden alterar el comportamiento de los virus, aumentando su transmisibilidad”, explicó Sabino. La investigadora informó que la espícula es la proteína más importante en el desarrollo de vacunas porque el virus la usa como puerta de entrada para infectar las células humanas.
Sabino dirige el equipo brasileño del Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento, Diagnóstico, Genómica y Epidemiología de Arbovirus (CADDE Genomic Network), que entre el 15 y el 23 de diciembre analizó 31 muestras positivas de COVID-19 procedentes del estado de Manaos, al noroeste de Brasil.
Trece de esas muestras exhibían la variante P.1, que no se había detectado en anteriores pruebas de vigilancia procedentes de la ciudad entre marzo y noviembre de 2020. Los resultados del estudio aún están en fase de preimpresión y no han sido revisados por pares, pero dada su importancia fue publicado en Virological.Org, un sitio web que muestra la información más reciente sobre la evolución y epidemiología del virus.
Después de compartir muestras del virus con otros laboratorios para su investigación in vitro, el equipo de CADDE viene desarrollando herramientas para una detección más rápida de esta variante en las pruebas de COVID-19. “Seguiremos trabajando en la vigilancia del virus con más investigación”, recalcó Sabino.
Según los autores, la variante encontrada en Manaos es diferente a otras que se están identificando en diversos lugares del mundo —como la B.1.1.7 en el Reino Unido y la B.1.351 en Sudáfrica— e incluso en el mismo Brasil, como la P.2 identificada en Río de Janeiro y otra, aún en estudio, encontrada en Rio Grande do Sul.
“Esas variantes tienen diferentes orígenes pero comparten mutaciones similares”, señaló Fernando Spilki, profesor de la Maestría en Virología de la Universidad Feevale y coordinador de la Red Corona-ómica del Ministerio de Ciencia de Brasil, quien no fue parte del estudio.
Aunque todas las variantes identificadas comparten mutaciones, los investigadores aún desconocen si las variantes evolucionaron independientemente unas de otras o si están relacionadas. Lo que sí saben es que la cepa hallada en Manaos tiene alteraciones propias y se está adaptando a la población local para aumentar su ventaja adaptativa y sobrevivir más tiempo. En ese intento se ha vuelto más fácilmente transmisible por ejemplo.
El linaje P.1 también se encontró en algunas muestras analizadas en Japón, por lo que los investigadores creen que la variante se incubó en viajeros que iban de Brasil al país asiático.
El genetista Renato Aguiar, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais y coautor de la publicación, explicó a SciDev.Net que los virus solo pueden prosperar debido a la gran velocidad con la que mutan y evolucionan copiando partes del código genético de sus anfitriones. “Así es como logran saltar del murciélago al pangolín, luego al macaco o a los humanos, por ejemplo”, expresó.
Según Aguiar, las mutaciones no harán que las pruebas de detección de la COVID-19 fallen o generen más falsos negativos, ya que esas pruebas verifican el código genético del virus en tres lugares diferentes, “y es muy poco probable que el SARS-CoV-2 evolucione para cambiar estos tres bits genéticos en el corto plazo”.
Incluso si la nueva variante fuera capaz de impulsar el número de reinfecciones, no hay evidencia de que cause que las nuevas infecciones sean más graves, señaló.
“Al comienzo de la pandemia solíamos ver algunas personas con altas cargas virales. Ahora, mucha más gente las tiene y esto hace más transmisible al virus. La gravedad y la mortalidad de COVID-19 no tiene una conexión directa con las mutaciones; tiene mucho más que ver con las características de los hospederos”, en este caso los humanos, afirmó.
Sin embargo, el comportamiento de la cepa P.1 dependerá de cómo se comporten los humanos, “más reuniones estimularán al virus a propagarse más rápido”, advierte.
“Es una cascada: cuantas más reuniones, más se replica el virus. Cuanto más se replica, más muta. Cuanto más muta, más abundante se vuelve. Si la cantidad general de un virus aumenta, tiene mayores posibilidades de llegar a poblaciones a las que no llegaba antes, por lo que es más fácil que personas con comorbilidades se infecten, debido a que la población en general ya está más infectada”, explica Aguiar.
Esto podría aumentar el número de casos graves y muertes, algo que ya está ocurriendo en Manaos, la única ciudad con camas UCI en todo el estado, que tiene más de 4,2 millones de habitantes. Más de siete mil personas han muerto de COVID-19 desde que comenzó la pandemia. Con más de 47.500 casos confirmados solamente en enero, el estado ha superado el pico alcanzado en los peores meses de la pandemia en 2020, que tuvo más de 30.000 casos mensuales en mayo, junio y julio.
De los 1.792 pacientes hospitalizados en Amazonas, 618 están actualmente en UCI, ocupando el 95 por ciento de las camas disponibles. El aumento de los sepelios en enero ha obligado a la ciudad de Manaos a ampliar el horario de atención de los cementerios mientras el gobierno estatal decretó un cierre parcial esta semana en los 62 municipios de Amazonas.
En relación con las vacunas, Ester Sabino dice que el grupo aún no tiene datos para predecir cómo se comportará el sistema inmunológico de las personas vacunadas si entran en contacto con la cepa P.1.
Fernando Spilki está de acuerdo y dice que no sirve de mucho replicar los cambios de otros linajes, incluso si tienen la misma mutación, como base para predecir cómo interactuarán las vacunas actuales y la nueva cepa.
Además, “no es raro que las vacunas tengan que ser rediseñadas o mejoradas en respuesta a diferentes virus o sus mutaciones”, comentó a SciDev.Net.
La medida más importante y eficaz para evitar que las nuevas cepas de coronavirus desarrollen resistencia a las vacunas es la vacunación eficaz, asegura Spilki. “Lo ideal sería una vacunación lo más rápida y amplia posible para impedir que el virus mute y evitar problemas con nuevas variantes en el futuro”, concluyó.
Por: Meghie Rodrigues/ Scidev América Latina y el Caribe.
- Plumas NCC | Biodiversidad y cambio climático: ¿Cumbres de plata solamente? - noviembre 26, 2024
- Plumas NCC | Código de Buenas Prácticas de IA - noviembre 26, 2024
- Líder indígena, Huni Kuin, ONU,biopiratería, Australia, edad mínima, redes sociales - noviembre 25, 2024