Argentina 

El vino argentino se vio beneficiado por la pandemia. En la provincia de Mendoza, corazón de la producción de la atesorada variedad Malbec, la COVID-19 llegó en marzo: cuando gran parte de la venta ya estaba terminada, porque el aumento de las temperaturas adelantó las cosechas.

Entre enero y septiembre el sector registró un incremento de la exportación de 40,57 por ciento respecto al mismo periodo del 2019, y hasta septiembre un récord de despacho de más de 20 millones de litros, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura de Argentina.

Pero no todas son buenas noticias: la baja de precio de este producto, los hábitos de los consumidores que prefieren etiquetas más baratas, y la crisis económica argentina, perjudican la rentabilidad del sector que lleva cinco años en caída.

Los vinos embotellados aumentaron su volumen de exportación en 2,4 por ciento en 12 meses (hasta junio), pero los precios cayeron en dólares 11,4 por ciento; factores que mermaron en ocho por ciento la facturación, según productores argentinos.

Los más afectados han sido los pequeños productores con menor capacidad de compensar con volumen la reducción de precios. Además, la moneda argentina se enfrenta a una dura depreciación con un cambio oficial que supera los 80 pesos por dólar.

Por: AFP