Lima, Perú.
Unas veinte personas comenzaron a recibir esta jornada en Perú las primeras dosis de la vacuna contra la COVID-19. Fue desarrollada por el laboratorio chino Sinopharm, en el inicio del primer programa de prueba masiva de una vacuna contra el virus en el país.
En medio de grandes medidas de seguridad, el primer grupo de los cerca de 6.000 voluntarios que forman parte de la investigación se acercó a la sede de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, que junto con la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y un grupo de científicos chinos desarrolla el estudio, para someterse a la inoculación.
Ambas casas de estudios tienen las facultades de medicina y ciencias más destacadas del país. Estarán a cargo de la evaluación, verificación y monitoreo de los voluntarios para probar las vacunas de origen chino.
Este proceso, visto con particular ansiedad en el país que ostenta el registro de ser el primero en el mundo en cuanto a la mortalidad a causa del COVID-19, cobró también especial interés después de que se conociera que la vacuna desarrollada por la farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford, rival de Sinopharm, anunciara la suspensión de sus ensayos mientras estudia un «incidente adverso» en su programa de pruebas.
Bastante segura
Germán Málaga, médico responsable del estudio, declaró a los medios que siguieron con espectativa en la mañana limeña la llegada de los voluntarios al centro de estudios, que lo que se trata de demostrar con las pruebas «es que la vacuna es efectiva».
«Sabemos que de momento no hay ninguna reacción adversa. Tenemos el reporte de que esta vacuna es bastante segura, ya tiene decenas de miles de dosis en el mundo«, afirmó el médico ante el temor suscitado por el incidente de la vacuna británico-estadounidense.
En ese sentido, insistió en que lo que se busca con un estudio de este tipo es comprobar tanto su seguridad como que ofrezca inmunidad ante la enfermedad.
En cuanto a los voluntarios, Málaga indicó que el proceso de vacunación comienza con un diálogo con los voluntarios para «examinar a las personas y cerciorarse de la información previamente declarada. Si demuestran que están aptas, se procede con la vacunación«.
«Se firma el consentimiento informado, la verificación del consentimiento informado y se pasa al examen médico. Los datos personales se registran finalmente bajo un código al azar, un número que es el mismo que la vacuna que va a recibir. Luego tienen que estar 25 minutos de reposo tras recibir el pinchazo», apuntó.
Del total de voluntarios, el 60% son hombres y un 40% mujeres, la mayoría de ellos entre los 18 y los 50 años, aunque también hay un grupo pequeño de mayores de 60 años.
Todos serán inyectados, si bien un grupo de 2.000 voluntarios recibirán un placebo, mientras que el resto se repartirán vacunas realizadas con dos cepas distintas del virus. Esta distribución se hará completamente al azar.
Esta semana se espera que se vacune a unas 60 personas mientras se afina el procedimiento, un número que se espera se multiplique a partir de la semana próxima hasta alcanzar a todos los voluntarios, lo que se estima demorará unos tres meses.
El mejor invento
«Las vacunas son el mejor invento que hemos tenido del último siglo y de los mejores descubrimientos de la historia de la humanidad. Enfermedades como la polio no las hemos sufrido, ni hemos visto a gente morir, nuestros hijos han crecido sin miedo al sarampión, que es mucho más mortal que la COVID-19. Estos estragos que vemos son los que producían antes otras enfermedades que no tenían vacuna«, afirmó el doctor.
La apuesta peruana por la inmunidad como única solución a la enfermedad, que en el país ha causado más de 30.000 muertos y 700.000 infectados confirmados, llevó a que se haya ofrecido a acoger pruebas de varios laboratorios que investigan vacunas.
Estas prueban pretende garantizar al país acceso rápido a las vacunas una vez que estas sean comercializadas, lo que se espera para los primeros meses de 2021.
Así, se espera también que en pocas semanas arranquen los ensayos clínicos de la vacuna del laboratorio Janssen, del grupo estadounidense Jhonson & Jhonson, que también ha incluido en sus estudios a Chile, Colombia y Brasil para abarcar a unos 60.000 voluntarios entre 18 y 60 años, lo que lo convertiría en el mayor realizado hasta la fecha.
Dentro de su fase 2 de prueba, que incluye un número más reducido de voluntarios, se espera que también se realicen en Perú ensayos clínicos de la vacuna diseñada por el laboratorio alemán CureVac; ya recibió a autorización por parte del Instituto Nacional de Salud (INS) peruano.
En este caso, esta empresa alemana trata de generar la inmunidad contra el coronavirus mediante moléculas con ARN mensajero donde están los segmentos genéticos del coronavirus de las espigas que utiliza el virus para introducirse en las células.
AstraZeneca también había anunciado estudios en Perú con su vacuna.
Por: EFE
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