España
Rosa Ana Castillo solía encontrar la paz cuidando sus plantas, pero ahora no deja de pensar en las consecuencias del brote de coronavirus que afectó a comienzos de marzo la residencia donde vivía su madre.
Aunque la demencia la había debilitado, su madre tenía un fuerte deseo de vivir. Pero el 22 de marzo le dijeron a Rosa Ana que su madre había fallecido en el hogar de ancianos, donde no habría oportunidad de despedirse de ella.
Para la Jefa de gobierno de Madrid se trató de una situación excepcional y difícil de juzgar, ya que se han seguido protocolos sanitarios en el tratamiento de las personas fallecidas y no han intervenido decisiones políticas en ello.
Rosa Ana quiere seguir adelante con la vía legal, pero también quiere que en España cambie el sistema de cuidado de los ancianos, para que vivan sus últimos años con la dignidad que merecen.
Por: DW
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