Madrid, 5 jul (EFE).-

El cuadro «Las Meninas», de Velázquez, ha sido sometido, durante más de cinco horas, a análisis químicos de pigmentos y estudios con avanzada tecnología, el estudio técnico «más exhaustivo» que se le ha realizado desde el que se le hizo en 1984.

Según informó hoy el Museo del Prado, las conclusiones de este proceso de la obra maestra del artista español serán parte fundamental del catálogo razonado «Velázquez y su escuela en el Museo del Prado», proyecto que está dirigido por Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura Española de la pinacoteca nacional.

Esta labor, destacó el museo, se ha realizado sin afectar a la visita del público ya que ha sido desarrollada por el equipo del Servicio de Documentación Técnica y Laboratorio, perteneciente al Área de Restauración, fuera del horario de apertura del museo.

Para llevarlo a cabo, durante la noche, un vez que el público abandonó las salas, la obra se retiró de la pared, fue desenmarcada, y los cinco miembros del equipo del Servicio de Documentación Técnica la sometieron a diferentes protocolos, entre ellos el análisis de pigmentos, y la toma de radiografías y de reflectografías infrarrojas.

«Teniendo en cuenta que la radiografía y los análisis de pigmentos que se hicieron hace más de treinta años revelaron que, lejos de ser una obra espontánea como decía el mito, ‘Las meninas’ es un cuadro complejo, y fruto de una elaboración muy meditada por parte de su autor, es de esperar que estos nuevos análisis permitan obtener un conocimiento más preciso de ese sofisticado proceso creativo», puntualizó la pinacoteca.

Todas estas labores pudieron realizarse en sala, por lo que se evitó el «innecesario» traslado del lienzo y se aprovechó para hacer una «limpieza profunda del marco» e instalar una trasera para proteger el bastidor, agregó el Prado.El trabajo nocturno permitió que a las diez de la mañana de hoy, cuando abrió el museo, «Las meninas» estuvieran en su sitio habitual.

El último estudio técnico de la obra se realizó en 1984, con motivo de su restauración y fue realizado por el Gabinete Técnico del Prado, que estaba dirigido por Carmen Garrido, y del que ya formaba parte Inma Echeverría, actual jefa de sección del mismo.