Washington, Estados Unidos

Las fulicas, aves conocidas también como fochas o gallaretas, tienen un plumaje predominantemente oscuro, pero los pichones lucen plumas y picos de brillantes colores rojos y anaranjados, y un estudio que publica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) explica cómo esto responde a su estrategia de reproducción.

Con un fotoespectrómetro obtuvieron mediciones detalladas y precisas de los colores en casi 1.500 pichones de fulica, y por cada pichón anotaron la familia de la cual provenía, y el orden de puesta del huevo y eclosión.

Un descubrimiento clave surgió de la observación del colorido del pichón en relación con el orden de eclosión: las fulicas ponen alrededor de diez huevos, uno por día, y los pichones rompen el cascarón en el orden en que fueron puestos los huevos, y resultó que cuanto más tarde sale un pollo del cascarón más colorido es.

La razón por la cual las madres fulicas marcan así sus pichones, señaló el estudio, está relacionada con la estrategia reproductiva de estas aves. Las fulicas ponen muchos huevos relativamente pequeños de los cuales salen más pichones que lo que pueden sustentar sus fuentes de alimentación en la mayoría de los años.

Como resultado, casi la mitad de cada nidada muere de hambre.

La pérdida selectiva de pichones ocurre durante los primeros diez días después que salen del huevo, cuando los parientes no muestran preferencias y alimentan a cualquiera de los polluelos que los apremian cuando tienen comida.

Pero todo cambia unos diez días después de que el primer pichón sale del cascarón y a esa altura los padres empiezan a controlar la distribución de comida para asegurarse de que las crías restantes en la nidada reciben alimentación suficiente.

Por: EFE