Marsonaut es el título del proyecto de investigación básica, encabezado por el científico checo-croata Jan Lukacevic, cuyo  principal objetivo del equipo de botánicos es crear una granja vegetal en Marte.

Con una dotación inicial de unos 40 mil euros de fondos privados, el  vivero está diseñado en condiciones de laboratorio sostenibles y con autosuficiencia energética. Se trata de desarrollar formas de cultivo capaces de «afrontar las condiciones de gravedad, escasez de agua y contaminación del suelo en Marte» por la alta concentración de sales alcalinas y percloratos, añade Lukacevic.

El experto, cuyo equipo colabora con el proyecto alemán Eden ISS -de quien recibe las semillas-, resalta que, si bien no es posible reproducir en laboratorio las condiciones de Marte, sí se pueden desarrollar soluciones que superen las carencias de aquel planeta.

Los checos quieren ser parte de ese hito y, para conseguirlo, exploran las posibilidades que ofrecen las tecnologías aeropónicas, donde las plantas crecen sin tierra y sus raíces se rocían con nutrientes de nitrógeno. En un circuito cerrado que permite además afrontar la menor gravedad de Marte, el agua se utiliza nuevamente, lo que resulta una forma de ahorrar este recurso escaso.

Luego está el sistema de diodos que reproduce la luz solar, con lo que las plantas crecen más rápido al estar iluminadas en todo momento. Como en Marte las tormentas de polvo son frecuentes, las placas fotovoltaicas no aseguran el rendimiento energético al quedar cubiertas de suciedad y se hace necesario usar sistemas alternativos, como los termonucleares, que no dependen de la luz, precisa Lukacevic.

Por: EFE