Guadalajara, México.

La basura plástica que va a los mares y ríos puede tener un destino más amigable y servir como una vivienda que además de ser económica, es resistente a sismos, tiene propiedades térmicas y no se degrada ni se estropea como los muros convencionales. Este tipo de casas son posibles gracias a la elaboración de la «madera plástica«, un material hecho a base de varios polímeros, que fue ideado por el ingeniero Ramón Espinosa.

La «madera plástica» es una lámina altamente resistente que se obtiene de moler los plásticos que se utilizan todos los días en el hogar: desde botellas de leche y bolsas, hasta los esqueletos de aparatos electrónicos, además de materiales postindustriales. Todos estos elementos son tratados y fundidos en máquinas especiales. Tras este proceso, se obtiene una placa multicolor, lisa y capaz de soportar toneladas de peso o de ser modificada según las necesidades de la casa que se vaya a construir.

Una casa de este material es 30 por ciento más económica en comparación con las convencionales, y requiere de un mantenimiento mínimo. Una construcción pequeña para dos o tres personas puede tardar cuatro semanas en estar lista, pues no requiere estructura interna y solo necesita una base de concreto.

Por: UdeG