Guadalajara, Jalisco

“Menos del 1% del contenido educativo que se enseña en las escuelas en México está relacionado con los mares y costas”, dijo el ecólogo marino, Octavio Aburto, para dar inicio a la charla “Alfabetización Oceánica: la importancia de los libros de texto para acercar los mares mexicanos a las escuelas primarias» en el marco de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2025. 

En este espacio, se dieron cita Juan Carlos Flores, secretario de Educación Pública del Estado de Jalisco, la fundadora y presidenta de Educación para Compartir, Dina Buchbinder Auron, la bióloga marina y maestra en ciencias en biodiversidad y conservación marina, Catalina López-Sagástegui y Octavio Aburto Oropeza, ecólogo marino, profesor e investigador del Instituto de Oceanografía Scripps para hablar sobre las fortalezas y oportunidades del sistema educativo mexicano, para integrar temas vinculados al conocimiento de los mares.

Buchbinder habló sobre las múltiples barreras a las que actualmente se enfrenta el sistema educativo actual para poder agregar conocimientos nuevos, así como de los métodos de aprendizaje. 

Yo identifico tres razones de por qué no hemos podido arraigar en la educación básica estos temas: 1.- Es el cómo aprendemos la ciencia históricamente, que es un proceso a través de la memorización, y lo que hemos visto es que es más fácil cuando se experimenta y se observa. 2.- No ha habido un hilo narrativo que nos conecte con la emoción y la experiencia que nos ayude a conocer las relaciones sistémicas, y revela que más allá de las teorías, debemos regresar al asombro y como la pedagogía está vinculado a ello. 3.- Otra puede ser que se debe enseñar como parte de encaminar la identidad y un bien común.

«No hay una relación real con los ecosistemas, es como si fueran espacios ajenos o muy lejanos a nosotros. Estas herramientas de simulación y de experimentar sirven para saber por qué nos importa», detalló.

Frente a ello, Aburto cuestionó sobre los retos para romper estas barreras y cómo se pueden abordar los temas desde la enseñanza docente. 

“Hay nuevas modalidades dentro del sistema educativo mexicano donde se exploran nuevas formas de enseñar contenidos, entre ellos lo que ocurre en los océanos, la física de los océanos, la atmósfera de los océanos, que nos enseñe todo sobre cómo viven los seres vivos en este ecosistema. Apoyar la enseñanza de estrategias diversas como integrar una clase con un experto que hable sobre un tema en específico durante las clases”, dijo Flores. 

Aunado a ello, Dina sugirió alternativas de apoyo para reforzar el compromiso de agregar el tema en la agenda educativa y tanto en el sistema como en la ciudadanía. 

“¿Cómo podemos involucrarnos además de las clases o libros de texto? Lo que forma ciudadanía no son los materiales de forma inerte, sino las experiencias como los juegos de imaginación y asombro, las manualidades, la simulación con juegos de roles. Imagínense tener una actividad donde tienes el concejo del océano a través de la personificación de una bióloga, una pescadora… Así conectamos la emoción con la empatía y eso hace la diferencia”

Sin embargo, frente a todas estas propuestas, surge la duda hipotética de cómo se vería nuestro futuro si contáramos con generaciones alfabetizadas y conscientes sobre lo que acontece en nuestros mares. 

«Una generación distinta, más científica, porque desde la infancia verán soluciones. Más sostenible porque saben que el ecosistema juega un rol. Más consciente porque va a saber tomar decisiones y culturalmente, un país diferente, que mira el océano con responsabilidad y que actúa con creatividad y pensamiento crítico», expresó Dina.

«Por primera vez los niños podrán saciar su curiosidad hasta donde ellos puedan. Habrá niños de 12 años que te darán una cátedra sobre el tema. Ahora las vocaciones van a despertar más tempranamente», agregó Flores. 

Sin duda, democratizar el conocimiento que existe sobre los océanos es crucial para generar estrategias de preservación y recuperación de nuestros ecosistemas. Vincularnos de forma constante y directa con el tema desde la infancia, va a permitir que velemos por la salud de nuestra biodiversidad y por ende, por nuestro bienestar. 

Por: Denisse Godínez  / NCC Iberoamérica.