Arquitectura neoandina preserva identidad y color en El Alto

Chile. 

Para el arquitecto, la arquitectura es una ciencia profunda que permite expresar cultura a través de la organización de los espacios. Sostiene que cada proyecto es una oportunidad para reflejar la identidad de un pueblo y su historia. En su visión, la ciudad de El Alto —una urbe monocromática, fría y con escasa vegetación— encuentra en el color una herramienta psicológica capaz de dar vida, dinamismo y bienestar a sus habitantes.

El profesional enfatiza la relevancia de preservar la identidad en tiempos modernos, especialmente entre los jóvenes, quienes con frecuencia se distancian de sus raíces y del legado de sus ancestros. Asegura que el pasado debe permanecer presente y proyectarse hacia el futuro, como un fundamento imprescindible de la cultura local.

En este contexto, explica el significado del “cholet”, denominación artística de la arquitectura neoandina. Se trata de una fusión entre las palabras chola —mujer de pollera del mundo andino— y chalet, concepto europeo ya conocido. Este estilo representa una reinterpretación contemporánea de símbolos y tradiciones indígenas, combinados con formas arquitectónicas modernas.

El arquitecto reconoce en Freddy Mamani una de sus principales influencias. Destaca que la academia suele enfocarse en referentes europeos, pero valora que Mamani, desde una cosmovisión latinoamericana e indígena, haya logrado plasmar sus raíces en sus obras y desafiar los cánones tradicionales. Considera que su trabajo demuestra que la arquitectura puede ser un medio para expresar identidad personal y colectiva.

Finalmente, subraya que este tipo de propuestas permite comprender que existen formas profundamente propias de creación, vinculadas a la identidad y al territorio. Asegura que es motivo de orgullo ver cómo artistas y arquitectos convierten sus orígenes en su mayor fortaleza, sin necesidad de mirar únicamente hacia el exterior para buscar inspiración.

Por: UESTV.