México.

Las promesas de bajar de peso rápido, sin esfuerzo y comiendo lo que los demás te prohíben y tal, generalmente ponen en riesgo la salud”, dijo Mariana Valdés, de la Facultad de Estudios Superiores de Zaragoza de la UNAM.

Esto ocurre porque dan prioridad a bajar de peso y no a la salud de las personas.

“Se suelen centrar en el peso. No en la composición corporal para saber cuánto es grasa, cuánto es músculo, no, solo en el peso. Esto no nos dice mucho. Uno puede tener un peso saludable y en realidad tener una composición corporal muy elevada en grasa que nos está poniendo en riesgo. No le enseñan a las personas a comer. Eso es lo que hacemos los nutriólogos, cambios de conductas, desde el convencimiento, desde el planteamiento de estrategias”, explicó la experta.

Lo ideal es que si alguien ha decidido hacer cambios en su alimentación, cuente con el acompañamiento.

Pensemos la inversión que puede ser acudir con un nutriólogo o nutrióloga, versus el costo de las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la obesidad. El hecho de trabajar en equipos multidisciplinarios, interdisciplinarios idealmente, es que también se promueve la seguridad y el bienestar de los pacientes”, dijo.

Los planes alimenticios deben ser personalizados. “Porque no se tiene este conocimiento de la historia clínica nutriólogica de “pero la persona pudiera estar en riesgo de esta u otra enfermedad” porque ya tiene padecimientos de base, a un paciente que está tomando algún tipo de medicamento cuya absorción o metabolismo se ve alterado por algún nutriente que está presente en cierto tipo de alimentos, pues es algo que sin duda los nutriólogos debemos tener presente”, dijo.

Y así evitar los llamados rebotes. “Eso es lo menos malo que puede pasar, el problema es que se detonan otras enfermedades por no hacer el procedimiento como debe ser con una nutrióloga, nutriólogo y con un médico” apuntó.

La meta es aprender a comer de manera saludable y transformar hábitos de manera sostenible.

Por: TV UNAM.