Miami

El satélite Sentinel-6B, lanzado desde California, avanza con «normalidad» esta madrugada para una misión que busca estudiar desde la órbita terrestre el aumento del nivel del mar, con el objetivo de optimizar los pronósticos meteorológicos y facilitar la predicción de inundaciones, informó la NASA.

«Comprender los patrones de marea con precisión de hasta una pulgada es fundamental para proteger cómo usamos nuestros océanos cada día en la Tierra», dijo en un comunicado Nicky Fox, directiva de la NASA en Washington.

Subrayó que el satélite ampliará el legado de Sentinel-6 Michael Freilich, realizando mediciones del nivel del mar que mejorarán los pronósticos utilizados por comunidades, negocios y operaciones en todo el país.

«También ayudará a garantizar un reingreso más seguro para nuestros astronautas que regresan a casa, incluidos los de las misiones lunares Artemis«, agregó.

El Sentinel-6B despegó a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9 desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, California, a las 24:21 EST.

Aproximadamente del tamaño de una camioneta grande, el satélite proporcionará información oceánica y atmosférica para mejorar los pronósticos de huracanes, proteger infraestructura y beneficiar actividades comerciales como el transporte marítimo.

La NASA señaló que el contacto entre el satélite y una estación terrestre en Canadá ocurrió aproximadamente una hora y media después del lanzamiento y comprobó que todos los sistemas están funcionando con normalidad.

La clave de las mediciones

Los niveles del mar varían de un lugar a otro, y el satélite proporcionará mediciones precisas a escala local y global, desde cientos de millas sobre la Tierra en órbita baja.

Estas observaciones son fundamentales para las predicciones de inundaciones en Estados Unidos, cruciales para proteger infraestructura costera, bienes raíces, instalaciones de almacenamiento energético y otros activos.

Sentinel-6B reemplazará a Sentinel-6 Michael Freilich, lanzado en 2020 y convertido en satélite de referencia oficial para mediciones globales del nivel del mar.

Al igual que su predecesor, Sentinel-6B proporcionará información clave sobre velocidades del viento, altura de las olas, temperatura atmosférica y humedad.

Además, debido a que el agua se expande cuando aumenta su temperatura, los investigadores pueden identificar qué partes del océano están más calientes basándose en puntos donde la altura de la superficie del mar es mayor.

Combinado con datos de otros instrumentos, este conocimiento puede ayudar a pronosticar condiciones marinas, incluida la formación de huracanes, que se intensifican con aguas más cálidas.

Dado que las grandes corrientes marinas son más altas que las aguas circundantes por su mayor temperatura, las mediciones de la superficie del mar pueden arrojar luz sobre interacciones como la Corriente del Golfo de México y las olas cercanas, donde los mares pueden volverse más agitados, representando un riesgo incluso para los barcos más grandes.

El satélite es una colaboración entre la NASA, ESA, EUMETSAT y NOAA, y también forma parte de la familia de misiones Copernicus de la Unión Europea.