Brasil.

Los Mamuí, una comunidad ubicada en una de las zonas más deforestadas de la Amazonía brasileña, lideran hoy un cambio de mentalidad y de método en la actividad agropecuaria, buscando reforestar áreas taladas en el pasado.

El valor creciente de frutos como el asaí junto a la asistencia técnica del gobierno han contribuido a dar un giro ecológico entre los antiguos deforestadores, y aunque el impacto de estas iniciativas sigue siendo limitado ya hoy pueden verse avances. Así lo afirma Sadias Pinheiro, un agricultor de 72 años que hacía los inicios de los años 2000, ocupaba irregularmente junto a cerca de 70 familias, terrenos en los que talaban, quemaban y sembraban hierba para las vacas, pero hoy se suman a las iniciativas que promueven la preservación de la Amazonía.

Hoy el asaí es más valioso que el ganado, estoy vendiendo el kilo de pulpa a 16 reales y la carne a 8 reales, la mitad. Voy a respetar la legislación ambiental porque el agricultor tiene que tener ese conocimiento de no debilitar los manantiales, de protegerlos, porque en el futuro vamos a necesitar el agua. Sin agua, ¿cómo voy a irrigar mi cacao?”, subrayó Pinheiro.

Hace unos años la empresa brasileña de investigación agropecuaria, institución pública dedicada a la innovación rural, tocó las puertas de los habitantes de Mamuí con una propuesta, instalar sistemas agroforestales. Esta iniciativa consiste en dedicar parte del terreno con ganado para plantar una combinación de árboles en su mayoría típicos de la selva y de especies frutales rentables, como el cacao y el asaí.

A pesar de que la empresa brasileña de investigación agropecuaria necesitaría más recursos para hacer crecer el proyecto, la comunidad de Mamuí que en algún momento rechazó adaptarse a una agricultura sustentable, hoy toma nota de estas iniciativas, adhiere a la legislación y entiende la naturaleza como una alternativa para tener calidad de vida.