Paraguay.
Veinte integrantes de una escuela de música en Japón viajaron más de 40 horas para rendir homenaje a la cultura paraguaya a través de un instrumento que ha unido generaciones y fronteras, el Arpa Paraguaya.
La iniciativa nació del músico paraguayo Enrique Carrera y su esposa, Arisa Matsuki, quienes fundaron hace dos décadas la escuela Arpas Estudios Sonrisa, lo que comenzó con pocos alumnos hoy reúne a 150 estudiantes y 20 personas que llegaron a Paraguay para compartir su arte en un concierto junto a la Orquesta Sinfónica Nacional.
Carrera explica que en Paraguay el arpa es mayormente interpretada por hombres, pero en Japón sucede lo contrario, el 95% de los ejecutantes son mujeres.
“Por decirle, acá en Paraguay, por ejemplo, el 95% de los arpistas son hombres. Siempre se le vio al Arpa Paraguaya como un instrumento de varones. Y nada más el 5% son mujeres las ejecutantes. En Japón resulta al revés. Allá el 95% son mujeres y solamente el 5% son varones”, destacó Matsuki.
Y aunque muchos asocian el arpa paraguaya con sonidos suaves, él aclara que es un instrumento enérgico, brillante y lleno de ritmo.
“Asocia el arpa paraguaya con el arpa clásica, entonces con sonidos más tranquilos, algo más tranquilo. Sin embargo, el arpa paraguaya es todo lo contrario. Es un instrumento dinámico que se ejecuta con mucha fuerza y eso hace que a la gente les sorprenda”, destacó Matsuki.
Este intercambio musical no solo celebra la diversidad cultural, sino que consolida puentes entre Paraguay y Japón, llevando la guarania y el nanduti a nuevos escenarios internacionales.
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