República Dominicana.

República Dominicana enfrenta una lucha diaria contra la llegada masiva de sargazo en sus playas, especialmente en Punta Cana, donde trabajadores y maquinaria de pequeños y grandes hoteles intentan limpiar las costas para mantener la imagen del destino turístico.

La presencia de estas algas afecta no solo la estética del lugar, sino también actividades como el buceo y la experiencia general del visitante, quienes deben cruzar alfombras de sargazo para llegar al mar.

El fenómeno cada vez más frecuente ha llevado al presidente Luis Abinader a pedir que se declare una emergencia regional en el Caribe, dada la magnitud del impacto económico, ambiental y social.

El sargazo no solo perjudica al turismo, que representa el 19% del PIB dominicano, sino que también daña a los ecosistemas marinos y afecta a la salud pública por su descomposición. Ante el desafío, el país impulsa a soluciones sostenibles como el uso de sargazos para biomasa, fertilizantes y cosméticos.

Junto con la Unión Europea lanza un grupo de trabajo para desarrollar cadenas de valor y ya proyecta recolectar mil toneladas métricas en 2027 apostando por convertir la crisis en una oportunidad económica y ambiental.