Ecuador.

A nivel mundial, el glaucoma es una de las principales causas de ceguera irreversible. Se estima que más de 76 millones de personas en todo el mundo tienen glaucoma, pero la mayoría no obtiene un diagnóstico a tiempo.

“Es una patología que se da a nivel de segmento anterior y puede provocar una ceguera en cierto tipo de pacientes si no es tratado adecuadamente”, explicó Lizandro Pinto, experto en optometría.

El glaucoma daña el nervio óptico poco a poco hasta dejarlo sin función. “La presión intraocular es muy distinta que la presión arterial. Entonces lo que pasa es que las fibras que están dentro del ojo, por la presión que hay, entonces no hay un flujo normal de un líquido que realmente está rotando en el globo ocular. Pasa por un canal y este canal es donde comienza a taponarse y eso provoca una presión a nivel de retina, de mácula y ahí es donde se va a producir este tipo de patología”, detalló.

Generalmente, esta enfermedad suele pasar inadvertida, pero existen algunos síntomas a los que el paciente debe estar alerta. “La visión tubular es una de las sintomatologías también que más se da. Algunas veces hay personas que no se dan cuenta de que tienen este tipo de patología y su visión periférica no existe. Entonces es como ponerse un tubo y solo hay una visión central”, alertó.

Aunque se conoce que el glaucoma es una enfermedad de adultos, generalmente con enfermedades crónicas como la diabetes o hipertensión, lo cierto es que los niños también pueden nacer con esta enfermedad.

“Si alguien en la familia tuvo glaucoma, pues por ende es propenso a que el familiar directo lo tenga. Golpes, accidentes, algún accidente muy fuerte, el traumatismo puede provocar una presión ocular elevada”, agregó.

En muchos casos, el glaucoma infantil se da por una malformación congénita en el sistema de drenaje del ojo, lo que impide que el líquido ocular fluya correctamente o también puede surgir como consecuencia de otras enfermedades oculares o cirugías. Aun así, el glaucoma infantil o pediátrico es raro, pues representa menos del 5% de todos los casos de glaucoma.

“Debería hacerse siempre al nacimiento un tamizaje y una evaluación y realmente algunas veces, ni en muchas clínicas ni en muchos hospitales hay ese tipo de diagnóstico o prevención cuando nacen”, dijo.

Esta es una enfermedad que acompaña al paciente a lo largo de su vida y el tratamiento no recupera la visión perdida, pero sí puede detener su avance. Por eso es clave detectarlo a tiempo y realizarse chequeos de rutina incluso cuando no existen molestias.

Por: Universidad Técnica del Norte / Viviana Obando.