Costa Rica.
La UCR es pionera en investigar un tipo de hongos para generar un biofertilizante. Desde hace 12 años, los hongos micorrísicos arbusculares se estudian en la UCR con el fin de determinar sus posibles aplicaciones biotecnológicas en campos forestales y agrícolas. Pero primero, ¿qué son los hongos micorrízicos arbusculares?
Son microorganismos presentes en rizósfera del suelo, la parte de la tierra que está más cercana a las raíces, las cuales viven en una revelación de simbiosis con las plantas, al necesitar de ellas para sobrevivir, mientras le ofrecen a la planta una mayor absorción de agua y nutrientes, así como resistencia a enfermedades permitiendo crecer más rápido y más fuerte.
Este tipo de hongos micorrísicos penetra la raíz de la planta y forma estructuras, vesículas y arbustos, de ahí viene su nombre, arbusculares. Como sabemos, una de las actividades económicas principales en nuestro trópico es la agricultura y cada vez se reduce más el territorio para practicarla.
Además, se usan muchos agroquímicos, hace tres años Costa Rica fue catalogada a nivel mundial como el país donde más utilizan plaguicidas, según la Organización de las Naciones Unidas. Para abordar este problema, la investigadora Laura Solís hizo equipo, iniciaron un proyecto que busca desarrollar un biofertilizante a base de estos maravillosos hongos, convirtiéndose en pionera en este tipo de estudios.
Su trabajo comienza con la recolección de hongos en el campo y luego eligen uno de dos caminos para inocularnos, haceros crecer naturalmente o utilizar métodos en bien. En el primer caso, ahí están las esporas, las cuales son estructuras reproductivas que producen los hongos y las ponen en cultivos trampa en el invernadero de la UCR, utilizando maíz o berenjenas, las cuales funcionan para aumentar la cantidad de esporas. Sin embargo, con este método, solo logran obtener como mucho 200 esporas, lo cual es una cantidad muy baja.
Por otro lado, por medio de la inoculación in vitro, logran obtener de 15 mil a 18 mil esporas. En esta técnica, seleccionan las esporas recolectadas en el campo y las diferencias siguen en forma para identificar cuáles son las especies más abundantes. El siguiente paso es desinfectar las esporas in vitro y colocarlas en un medio nutritivo compuesto por un tipo de gel. El personal de investigación coloca fragmentos de este gel junto a raíces de zanahoria para inocular los hongos.
Cuando crecen lo suficiente, se cortan estos fragmentos y se repita el proceso, pero con semillas germinadas de caoba o cedro y una vez que el hongo apenas entrar a la raíz, se lleva al invernadero para que su ciclo de vida continúe y las plantas crezcan. Este estudio ha logrado crear el primer banco germoplasma en Costa Rica, en él se pueden inocular y mantener los hongos para distintas exploraciones científicas.
La investigación aún está en proceso, por lo cual no hay un biofertilizante disponible para los productores. Sin embargo, estudiar estos hongos es importante, ya que le brinda a las plantas silencio ante el cambio climático y una mayor resistencia a sequías y salinidad. Además, la planta alimenta los hongos con el carbono que captura el aire, lo cual tiene un efecto importante en la mitigación del espectro invernadero.
Por: Quince UCR.
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