Francia.
La depresión es el resultado de una compleja combinación de distintos factores que pueden estar relacionados con la historia personal, con eventos traumáticos o dolorosos o bien físicos y biológicos, en particular neurobiológicos.
El cerebro está conformado por 100 mil millones de neuronas encargadas de transmitir mensajes. Se comunican entre sí a través de componentes químicos llamados neurotransmisores. Liberados por el efecto de un impulso nervioso, activan a la neurona vecina a través de sus receptores.
Una vez cumplida su misión pueden ser recapturados o destruidos. En ciertos tipos de depresión se altera la cantidad liberada o la circulación de ciertos neurotransmisores.
Es el caso de la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, las cuales intervienen en el estado de ánimo, el apetito y la regulación del sueño, así como en la gestión de las emociones.
Al bloquear la recaptación o detener la destrucción de estos neurotransmisores, los antidepresivos aumentan su cantidad. Esto reactiva los circuitos neuronales afectados, pero tienen sus límites, pues entre el 30 y el 40% de los pacientes no responde a los antidepresivos.
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