Estados Unidos.
Los recortes de ayuda internacional por parte de Estados Unidos podrían empeorar la situación humanitaria en zonas de conflicto donde los sistemas de salud ya están sometidos a fuertes tensiones. Así lo advirtió Hane Balki, directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Mediterráneo Oriental.
“La OMS y sus socios tienen un papel significativo en el mantenimiento de los sistemas de salud. La rehabilitación de los sistemas de salud, la capacitación y el envío de equipos médicos de emergencia y la preubicación de kits de traumatismo. Muchos de esos programas ahora se han detenido o no podrán continuar”, dijo.
Desde que asumió el cargo en enero el presidente Donald Trump recortó la ayuda exterior estadounidense. Eso incluyó importantes programas para mejorar la salud en el mundo y desmanteló la USAID, la agencia estadounidense de desarrollo que gestionaba un presupuesto anual de 42, 800 millones de dólares, el equivalente al 42% de la ayuda humanitaria mundial.
En la franja de Gaza, la situación sanitaria es catastrófica y la destrucción inmensa. La mayoría de los hospitales están fuera de servicio tras un año y medio de combates entre el ejército israelí y el movimiento palestino Hamas.
“El apoyo a los equipos médicos de emergencia, la adquisición de medicamentos y la rehabilitación de las instalaciones de atención médica. Todo eso se ha visto inmediatamente afectado por la congelación del apoyo de Estados Unidos”.
En Sudán, la agencia también enfrenta dificultades crecientes en el contexto de una guerra iniciada hace 2 años que ha desplazado millones de personas. Varias regiones están afectadas por al menos tres epidemias: la malaria, el dengue y el cólera.
“Trabajamos significativamente para identificar patógenos emergentes y reemergentes, para mantener a los sudaneses seguros, pero también para mantener el resto del mundo seguro, así que afectará nuestra capacidad para continuar con la vigilancia, la detección de enfermedades”.
Con el anuncio de Washington de su retirada de la OMS, la agencia de la ONU no solo tendrá que recortar su presupuesto en una quinta parte, reduciendo sus misiones y su personal, también comprometerá a canales de comunicación dificultando el intercambio de información crucial para prevenir crisis sanitarias como una futura pandemia.