Ecuador.

¿Qué está pasando con el cerebro de las nuevas generaciones? Retrasos en aprendizajes básicos, motores, problemas de lenguaje, mal humor y más. ¿Podría ser todo esto causado por el uso excesivo de pantallas? Pero más allá de la exposición a las pantallas, está el contenido que en ella se proyecta. Programas para niños con miles de visualizaciones en YouTube como Cocomelon, están siendo criticados por considerar su contenido hiperestimulante para el cerebro de los pequeños, actuando como una droga por la cantidad de dopamina que producen. Este tipo de programas están diseñados para robarse el 100% de la atención de los niños, impidiendo que desarrollen habilidades cognitivas que son esenciales en este punto de la vida.

Para que el niño aprenda necesita justamente de poder experimentar, que el aprendizaje sea a través del juego, algo vivencial y a través del compartir con otra persona. Si es que no es así, vamos a empezar a tener ciertas dificultades. La primera es de la cantidad del vocabulario. Vamos a hablar desde los niños pequeñitos. Imagínate que antes del año que estén expuestos a la pantalla como este método, esta forma de aprendizaje. Lo que va a suceder es lo contrario a lo que esperamos. Va a ser un niño que adquiera con retraso el lenguaje”, dijo Paula Yepes, psicóloga clínica.

Existen dos factores importantes para que el cerebro del bebé se desarrolle de forma correcta. El primero es el movimiento y el segundo, la interacción con el entorno, dos cosas que no se logran mientras el menor está hipnotizado con las pantallas.

“Lo que hace el movimiento, lo que hace la relación con el entorno es fortalecer estas redes neuronales. Sí a temprana edad tengo demasiado tiempo quieto, sin moverme, sin interactuar con el entorno, entonces voy a tener este tipo de de complicaciones. Ahora, consideremos que el cerebro de los niños o este proceso de neurodesarrollo implica desarrollar diferentes habilidades, entre ellos, hemos estado hablando de la atención, pero por ejemplo, sin atención no existiría memoria, porque yo no puedo memorizar o recordar aquellos que no atiendo”, detalló Jorge Gordón, neuropsicólogo infantil y docente de la Universidad Técnica del Norte.

Con este bombardeo de dopamina y sensación de recompensa, el mundo real podría parecerle a los niños mucho menos interesante. “Al tener en la pantalla todo inmediato, no le damos tiempo a nuestro cerebro de que se aburra. Hay muchos reportajes donde vemos la importancia del aburrimiento en los niños. Ese aburrimiento hace que el niño empiece a generar redes neuronales para buscar cómo entretenerse y empieza a generar la creatividad, que es otra habilidad cognitiva”, añadió.

Permitir que los niños se aburran y descubran el mundo sin una pantalla que lo filtre es regalarles una infancia con bases sólidas para su desarrollo.

Por: Universidad Técnica del Norte / Viviana Obando.