Ecuador.

La esperanza de vida global comenzó su ascenso exponencial después de 1950, con los avances médicos y sanitarios modernos. Ahora vivimos más pero también se ha extendido el tiempo que pasamos enfermos. En vista de esto, la ciencia del envejecimiento ha realizado enormes progresos en los últimos años con maravillosos resultados. El primer gran paso fue descubrir la existencia de los telómeros. 

“Elisabeth Blackburn, que es la investigadora de todo esto de telómeros y telomerasa, lo explica de forma muy fácil. Vamos a imaginar que nosotros tenemos un cordón de un zapato. Este cordón de zapato va a ser nuestro cromosoma. Los telómeros van a estar ubicados en los extremos del cordón, sería lo que nosotros conocemos como los acetatos o el recubrimiento que nosotros tenemos de esos cordones”, explicó Bladimir Villafuente, docente de medicina de la UTN. 

La función de los telómeros es proteger nuestro material genético. Con cada división celular estos se acortan, un proceso asociado al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades crónicas. Investigaciones recientes han demostrado una forma sencilla de preservar los extremos de nuestros cromosomas. 

El estudio denominado El Tiempo dedicado a correr y el envejecimiento biológico analizó a 4.458 adultos estadounidenses de mediana edad y los dividió en tres grupos. Los que realizaban regularmente actividad física vigorosa como correr, los que realizaban actividad moderada y los que no realizaban actividad física, es decir, un grupo sedentario. 

Sorprendentemente la diferencia en el largo de los telómeros de los que realizaban actividad física vigorosa fue equivalente a 12 años menos de envejecimiento celular respecto a quienes no la hacen. Y aunque muchos pensarían que solo los atletas y grandes deportistas obtienen este beneficio, la verdad es que no. 

De hecho, el estudio demostró que realizar 75 minutos de ejercicio vigoroso a la semana, es decir, 11 minutos al día, ya marca una diferencia en la salud de los telómeros. Por su parte, el estrés, mala alimentación y vicios, desgastarían de forma acelerada nuestros pares de telómeros

“La principal causa del acortamiento de los telómeros es el estrés crónico, aquel que se perpetúa durante mucho tiempo y pues eso hace que fisiológicamente nosotros libremos cortisol, entonces la telomerasa cuida de mis telómeros, el cortisol hace que esa telomerasa no funcione bien y por tanto pues el envejecimiento va a aparecer mucho más antes”, agregó Bladimir Villafuente. 

Si bien aún no existe una fórmula definitiva para frenar el envejecimiento, la ciencia avanza hacia la posibilidad de extender la esperanza de vida saludable, buscando no solo vivir más, sino vivir mejor.

Por: UTN / Viviana Obando.