Rennes, Francia
Un experimento en ratones constata que aquellos que recibieron trasplantes de heces de deportistas élite con alta capacidad aeróbica -ciclistas y futbolistas- mostraron una mejor sensibilidad a la insulina y un aumento de las reservas de glucógeno muscular.
Esto sugiere una posible ventaja metabólica.
Los detalles se publican en Cell Reports, en un artículo liderado por científicos de distintos centros franceses, entre ellos la Universidad de Rennes 2.
Para avanzar en este campo, los investigadores caracterizaron el ecosistema de la microbiota intestinal en una cohorte de humanos sanos con peso normal, capacidades de ejercicio aeróbico muy heterogéneas -no deportistas y muy deportistas- y una composición corporal y hábitos alimentarios similares.
Microbiota
El equipo demostró, entre otros, que el ecosistema bacteriano intestinal de los atletas de alto rendimiento es atípico, caracterizado por una menor diversidad, densidad y riqueza funcional bacteriana.
Aunque con mayores niveles de ácidos grasos de cadena corta.
Al trasplantarse a ratones, esta microbiota mejoró la sensibilidad a la insulina y aumentó las reservas de glucógeno muscular en los animales.
El trasplante de microbiota fecal es un procedimiento para repoblar el tracto intestinal de un paciente enfermo con bacterias sanas y hay decenas de ensayos clínicos para distintas patologías.
No obstante, estos resultados, aunque con «prometedoras perspectivas», sugieren que la remodelación de la microbiota intestinal de donantes con alta capacidad de ejercicio aeróbico por sí sola no es suficiente para mejorar la resistencia de los receptores.
Parece que se necesitan más experimentos para determinar si este tipo de trasplante podría mejorar el rendimiento cuando el receptor, ya sea humano o ratón, aumenta simultáneamente las necesidades energéticas mediante la práctica regular de ejercicio físico.
Rosa del Campo, del Grupo Especializado para el Estudio de la Microbiota Humana de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, señala que es un estudio interesante.
Plantea una hipótesis ya explorada en otros trabajos, si la microbiota intestinal puede contribuir al éxito de los atletas de élite.
Hace tiempo se vio ya relación con los niveles de lactato -producido por el músculo y que limita el cansancio físico- y el contenido bacteriano.
Incluso se planteó control antidopaje -por dopaje con bacterias contra la fatiga muscular-, explica a Science Media Centre España, una plataforma de recursos científicos para periodistas.
Esfuerzo aeróbico
Los resultados ahora indican que la capacidad de esfuerzo aeróbico en los ratones está condicionada por la microbiota y ello se debe fundamentalmente al consumo de glucógeno, buen control de azúcar y producción de ácidos grasos de cadena corta, que son unas grasas que solo producen las bacterias, dice la también investigadora del Hospital Ramón y Cajal.
«Ya se sospechaba desde hace tiempo la relación entre la microbiota y la condición física, pero esto solo es aplicable a deportistas de élite, no para el ejercicio habitual diario de una persona no atleta», agrega Del Campo, quien no participa en el trabajo.
No obstante, como todos los estudios de microbiota, «nunca sabemos si es antes el huevo o la gallina»: si los deportistas de élite son así por sus bacterias o las bacterias se acomodan a la situación de esfuerzo físico.
«Otra importante limitación es que solo se estudia una muestra de heces por persona y es como tener un fotograma en vez de una película entera (…)».