Quito, Ecuador.

 Para recordar a los viandantes, que son custodias de la naturaleza, seis mujeres de nacionalidades amazónicas y tres andinas aparecen retratadas con sus atributos característicos en un mural de 50 metros en un edificio de Quito. En su concepto de lucha planetaria, la iniciativa surgió al quedar excluidas de un encuentro sobre desarrollo sostenible urbano, varias de estas protectoras de la tierra, el agua, las semillas y su cultura.

La artista Mona Caron y el ecuatoriano Raúl Ayala  junto a varias organizaciones ecológicas locales lograron reunir fondos para iniciar el proyecto en 2016 con los retratos de las mujeres indígenas, y que concluyó en el año 2018 con el resto del mural.

La autora explicó que la obra celebra «Ese bien común vital que debe preservarse como la biodiversidad, el agua, la tierra, la cultura y el conocimiento ancestral», «Mi objetivo fue que el mural inspirara a la gente a valorar estas cosas, despertara curiosidad acerca de estas mujeres y sirviera de plataforma para su activismo«, concluyó.

Para ello, Mona Caron realizó varias visitas de campo a la Amazonía y la región andina ecuatorianas para empaparse de la cosmovisión de las dirigentes y sus principales reivindicaciones.

Estas vigías se ubican en la base de la obra monumental, con sus vestimentas ancestrales y algunas con sus rostros pintados por ellas mismas, junto a dos elementos fundamentales para su sustento y tradición: la yuca y el maíz. Sobre ellas, se alza vegetación selvática y una niña desde cuyas manos emana agua, también una luna llena cenital, un pájaro de nombre Iluku relacionado con mitos mágicos en la cuenca amazónica, un volcán nevado andino y un campo rural incrustado en una hoja desde la que cae una gota a otra que alberga una ciudad.

Por: EFE