Francia.
Cinco años después de su aparición en China, el virus de Covid-19 ha infectado oficialmente a 777 millones de personas y provocando más de 7 millones de muertos, en realidad, muchas más, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, con el tiempo y las distintas olas, el impacto de la infección respiratoria en las muertes y hospitalizaciones ha disminuido considerablemente, gracias a la inmunidad adquirida por la población mediante la vacuna o por las infecciones previas.
El Covid-19 sigue causando muertes, más de 3 mil entre octubre y noviembre de 2024 en 27 países, según la Organización Mundial de la Salud, pero la gran mayoría de los fallecimientos se registraron entre 2020 y 2022. La OMS retiró en mayo de 2023 el nivel máximo de alerta por la pandemia mundial. El virus hasta ahora no muestra una estacionalidad específica, pero parece estar volviéndose progresivamente endémico con resurgimientos regulares de forma similar a la gripe, según diversos expertos.
Desde el otoño de 2021 se impuso definitivamente la variante Omicron y las subvariantes se van sucediendo sin ser más severas unas que otras. No obstante, algunos científicos consideran que no se puede descartar completamente el escenario de variantes más virulentas o que escapen de la inmunidad. En cualquier caso, el SARS-CoV-2 permanecerá entre los humanos.
La vacunación crucial para enfrentar la pandemia ha sido masiva desde el desarrollo extraordinariamente rápido de las vacunas. Se han administrado más de 13 mil 600 millones de dosis en todo el mundo, aunque con un acceso muy desigual entre países pobres y ricos. Sin embargo, la cobertura de vacunación es insuficiente, especialmente entre los ancianos y los trabajadores sanitarios.
Además, cerca del 6% de personas infectadas desarrollaron lo que se conoce como Covid prolongado, fatiga, tos, dificultad para respirar, fiebre intermitente, pérdida del gusto o del olfato, problemas de concentración, depresión. Los síntomas se establecen generalmente en los 3 meses posteriores a la infección, persisten al menos dos meses y no se explican por otro diagnóstico. La OMS alertó en diciembre que el Covid prolongado es aún una carga importante para los sistemas de salud.
El Covid-19 no será la última pandemia. Los científicos están seguros de ello. La cuestión es cuándo llegará la próxima y si el mundo estará mejor preparado. Aproximadamente del 60 al 70% de las enfermedades emergentes son zoonóticas, es decir, derivadas de patógenos transmitidos de animales vertebrados al ser humano. Estas enfermedades se multiplican debido a la deforestación que incrementa los contactos con la fauna silvestre, reservorio de virus desconocidos.
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