A primera vista, la tortuga de orejas rojas (Trachemys scripta elegans), una especie nativa del sureste de Estados Unidos y noreste de México, parece ser la mascota ideal: pequeña, linda y fácil de cuidar. Quizás esto explique su gran éxito en el mercado de mascotas —legal e ilegal— en todo el mundo. Sin embargo, esta popularidad ha generado un problema en varios países. Al escapar o ser liberadas en otros ambientes por compradores decepcionados, estas tortugas pueden reproducirse indiscriminadamente, compitiendo con especies locales y propagando enfermedades. Técnicamente, se convierte en una especie exótica invasora (EEI).
Incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, la tortuga de orejas rojas también figura en una clasificación publicada recientemente en la revista One Health de 13 EEI prioritarias en el comercio de mascotas y acuarios en siete países del Caribe: Barbados, San Lucía, Granada, Dominica, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda.
Este ranking utilizó por primera vez una guía que no solo analizó la capacidad invasora sino también la amenaza que representa para la salud del ambiente, las personas y otros animales, bajo el enfoque “Una Salud”. Esta guía “puede ayudar a la priorización del riesgo de enfermedades zoonóticas cuando sea necesario”, afirma el estudio.
Utilizando una metodología llamada Priorización de Especies Exóticas Invasoras de One Health (OHIASP), el ranking ubicó al loro amazónico y al guacamayo entre los primeros lugares. La lista se completa con otras aves, peces, anfibios, reptiles y una especie de monos (capuchinos).
Para enumerar estas 13 especies, los investigadores adaptaron una metodología de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos creada originalmente para priorizar las zoonosis, enfermedades transmitidas entre animales y humanos.
Más información
La OHIASP contiene 12 criterios, como los impactos en la salud pública, el ambiente, la economía y la agricultura, la facilidad de contrabando y los métodos de erradicación disponibles. Para cada criterio, las especies evaluadas recibieron una puntuación de uno a cinco.
Kirk Douglas, director del Centro de Estudios de Bioseguridad de la Universidad de las Indias Occidentales, en Barbados, explicó a SciDev.Net que la herramienta permite cuantificar el riesgo de forma estandarizada y, así, sustentar futuras decisiones e intervenciones.
“Cuantificar el riesgo de especies exóticas invasoras permite priorizar y utilizar de manera más efectiva recursos escasos o limitados”, afirma Douglas, quien señala que, si bien el comercio de mascotas es significativo en la región del Caribe, hay pocos datos científicos disponibles.
Según Natram Ramnanan, coautor del estudio e investigador de CABI —la organización matriz de SciDev.Net dedicada a ofrecer información científica para resolver problemas agrícolas y ambientales—, la priorización es fundamental para establecer una estructura que evite la entrada de la EEI.
Otros datos
Este año, CABI también publicó la Guía de Animales Exóticos e Invasores del Caribe, que identificó 171 especies invasoras que dañan la salud humana y animal y el desarrollo económico.
Ramnanan añade que es fundamental desarrollar planes de acción de emergencia si una especie invasora ingresa al territorio. “A largo plazo, necesitamos financiación específica para realizar investigaciones y encontrar soluciones duraderas, como el control biológico”, considera.
En el estudio más reciente, los investigadores también encontraron que Barbados tuvo los valores de importación anuales más altos de mascotas (371.604 dólares) y acuarios (450.860 dólares) entre 2016 y 2020. Trinidad y Tobago fue identificada como la principal fuente de importaciones de mascotas y acuarios en la región.
Sobre el costo económico global, un estudio internacional estimó que las EEI causan más de US$ 2,2 billones en pérdidas acumuladas a la economía mundial.
Gestión adecuada
En entrevista con SciDev.Net, el director ejecutivo del Fondo de Asociación para Ecosistemas Críticos (CEPF), Olivier Langrand, que no participó en el estudio, explicó que la introducción de una especie exótica puede ser voluntaria —animales o plantas traídos intencionalmente a una determinada zona— o involuntaria, como en el caso de los roedores, “introducidos en casi todas las islas del mundo, incluso en las más frías”.
En los años que fue director de Island Conservation, organización dedicada a la restauración y preservación de islas, Langrand fue testigo tanto de los efectos negativos provocados por las EEI como de los resultados positivos obtenidos con su adecuada gestión.
Un ejemplo fue la eliminación de burros de la isla Cabritos, en República Dominicana, que amenazó la supervivencia de dos especies de iguanas endémicas (Cyclura ricordii y Cyclura cornuta). Además de alimentarse de la vegetación nativa, los animales pisoteaban el suelo, utilizado para albergar los nidos de reptiles.
Otras especies
En la isla de Desecheo, en Puerto Rico, miles de piqueros pardos (Sula leucogaster) estaba amenazada por monos introducidos en los años de 1960 y por la población de ratas. Fue necesaria más de una década de intervención para eliminar esas EEI.
La acción también garantizó la conservación de otras especies endémicas de lagartos (Ameiva desechensis, Anolis desechensis y Sphaerodactylus levinsi) y del cactus hygo plomo (Harrisia portoricensis). En un esfuerzo actual, un proyecto de conservación busca proteger a la serpiente corredora de Antigua (Alsophis antiguae) de la depredación de ratas en Antigua y Barbuda.
Además del problema para la conservación de la biodiversidad, Langrand cita pérdidas agrícolas, como las plantaciones diezmadas por las hormigas en la isla de Nueva Caledonia, en el Pacífico Sur; problemas de salud, como la leptospirosis transmitida por contacto con orina de rata; e implicancias económicas, como en el caso de las cabras que desfiguraron el paisaje de la isla Isabela, en el archipiélago de Galápagos. “Una isla virgen tiene más valor turístico que una isla completamente devastada por especies exóticas invasoras”, concluye.
Por: Luiz Felipe Fernandes vía SciDev.Net América Latina y el Caribe.
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