China.

La industria de la conducción autónoma en China está creando un nuevo ecosistema laboral y tecnológico en el país. Con políticas como Made in China 2025 y el plan de desarrollo de la inteligencia artificial, el sector ha experimentado un crecimiento notable, pero persisten desafíos como las limitaciones tecnológicas.

El gigante asiático ha invertido significativamente en la investigación y desarrollo de vehículos autónomos, y el Ministerio de Industria Chinos seleccionó 20 ciudades como zonas piloto para la integración de los mismos, pero sólo el 14,75% del público confía plenamente en la seguridad de esta tecnología.

Por otra parte, el desarrollo de estos vehículos ha generado una nueva demanda de puestos de trabajo como evaluadores de vehículos, técnicos de mantenimiento y desarrolladores de software avanzado, todos necesarios para asegurar su seguridad y eficiencia.

El mercado de vehículos autónomos a nivel global está proyectado a crecer significativamente alcanzando los 1,5 billones de dólares para 2030, lo que impulsará también la demanda de profesionales altamente especializados.

Sin embargo, el camino está lejos de ser sencillo y la industria debe continuar adaptándose a un entorno complejo, lleno de desafíos tanto tecnológicos como sociales.