Madrid, España.

 

 

Una investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) revela que el dolor se percibe más intenso si te predisponen para ello previamente, demostrando que la sensación subjetiva de dolor, y sus reacciones fisiológicas, aumentan ante instrucciones “que contienen la palabra dolor frente a las que no lo mencionan”.

Así lo resumen los investigadores en un comunicado, en el que ponen de ejemplo que decir a un paciente “vas a sentir dolor” en lugar de “vas a sentir presión” incrementa la percepción del dolor ante la misma intensidad de palpación.

Es la principal conclusión del trabajo publicado en Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics, que abunda que el tipo de “instrucciones” que se da a los pacientes (incluyendo las palabras “dolor” o “presión”) puede generar distintas expectativas o predicciones de dolor que incrementen su percepción y los aspectos fisiológicos que este desencadena, en concreto, la dilatación de la pupila.

Estos hallazgos pueden ayudar a comprender cómo las expectativas afectan la percepción del dolor, algo que facilitaría el desarrollo de “estrategias más efectivas para el manejo del dolor en entornos clínicos”, como en tratamientos de rehabilitación, odontológicos o en cuidados paliativos, agregan los autores del estudio.

 

El experimento

 

Para llevar a cabo este trabajo, los investigadores, del departamento de Psicobiología y Metodología de Ciencias del Comportamiento de la UCM, mostraron a los participantes vídeos con instrucciones diseñadas para generar expectativas de dolor o de ausencia de este.

Posteriormente, se aplicó estimulación en el músculo masetero, el músculo elevador de la mandíbula, mediante palpación que producía un dolor leve, utilizando una intensidad equivalente al 10 por ciento por encima del umbral de dolor de cada participante.

Esto se realizó dos veces, la primera mencionando la palabra “dolor” antes de empezar, y la segunda usando la palabra “presión”.

En particular, se observó que la dilatación pupilar aumentaba desde el momento en que se mencionaba la palabra «dolor» hasta el final de la palpación.

Además, la valoración final del dolor por parte de los participantes (medida en la escala visual analógica del dolor) fue mayor bajo la condición de expectativa de dolor, a pesar de que la intensidad de la estimulación fue idéntica en ambas condiciones.

Concluyen los investigadores, también, que este estudio demuestra que la utilización de pupilometría para medir la dilatación pupilar, en situaciones constantes de luz, puede ser una herramienta “útil y objetiva” para evaluar y cuantificar la percepción del dolor.