Honduras.

La pérdida y degradación de hábitats, causadas principalmente por nuestro sistema alimentario, son la amenaza que más se reporta para las poblaciones de vida silvestre en todo el mundo, seguida de la sobreexplotación, las especies invasoras y las enfermedades.

“En cinco años, si no hacemos lo que deberemos de hacer como Estado, como país, como organizaciones, como individuos, muchas de nuestras especies se van a extinguir, ya Honduras presenta cuatro especies extintas y eso es grave, gravísimo, no queremos que exista o que ocurra una quinta especie extinta en el país, eso sería catastrófico. El Instituto de Conservación Forestal junto con los otros, entre gubernamentales y instituciones, organizaciones como WWF, WCS y otras instituciones panteras, por ejemplo, estamos apostando a la conservación de organismos y especies emblemáticas, que nosotros llamamos objetos de conservación, el jaguar es uno, la guara roja, la guara verde, entonces estamos centrados en la conservación de estos objetos de conservación, porque protegiendo, por ejemplo, el jaguar, protegemos todo el bosque que está o donde él vive”, relató Marcio Martínez, departamento de vida silvestre.

Lamentablemente, son cuatro especies extintas, dos mamíferos y dos anfibios, los mamíferos existían en la parte insular de Honduras. Así se encaminan también los árboles, quienes, a pesar de su gran valor para el mundo, hoy, son maltratados por la humanidad.

“Este informe que salió recientemente pues realmente nos denota una situación bastante crítica en términos de la reducción de las especies a nivel global y sobre todo en América Latina. Yo creo que todos tenemos una cuota importante que hacer y a nivel del sistema educativo es muy importante trabajar desde temprana edad con los niños para poder ir haciendo un enfoque más de prevenir, de reducir la huella de carbono, de apoyar actividades que sean en pro de la mejora del ambiente”, destacó Melani Durán, oficial forestal para WWF Mesoamérica.

El declive de las poblaciones de vida silvestre puede significar una alerta temprana en un creciente riesgo de extinción y la posible pérdida de ecosistemas saludables. Cuando los ecosistemas sufren daños, pueden volverse más vulnerables a los puntos de inflexión, es decir, a pasar de un umbral crítico que ocasione cambios sustanciales y potencialmente irreversibles.

Por: STVE.