México. 

¿Comemos sólo por hambre? Desde la diabetes hasta la caries, pasando por la anemia y dificultades de aprendizaje, gran parte de las enfermedades que padecemos están relacionadas con dos problemas de alimentación: la obesidad y la desnutrición, por eso es necesario entender cómo nos alimentamos.

Es importante comer bien y no solo saber el efecto que tienen los alimentos en nuestro cuerpo, sino cómo elegimos lo que comemos y por qué comemos, porque no sólo comemos por hambre.

Tradicionalmente las ciencias han abordado los asuntos alimentarios individualmente, pues intentan resolver el problema mediante un modelo, una terapia o una píldora. Estos son algunos modelos o explicaciones acerca de cómo regulamos lo que nos comemos: los que afirman que la cantidad de azúcar grasa o proteína que tiene nuestro cuerpo es la que define cuánta hambre nos da y cuando nos sentimos saciados; otros sostienen que el factor más importante son las hormonas, como la insulina y la hormona del crecimiento.

Está comprobado que ciertas lesiones cerebrales especialmente en el hipotálamo producen más ganas de comer o eliminan el hambre. Otro modelo afirma que tenemos una especie de termostato o punto de ajuste que hace que variemos nuestra dieta para mantener nuestro peso.

Sin duda todos estos factores son importantes, pero no explican la siguiente escena: “Está cenando en casa de tu abuelita, ya te echaste el tremendo mole que preparó. Tus niveles de glucosa y proteína están perfectos, tu insulina tiene trabajo para rato y no tienes ninguna lesión cerebral y tu abuelita te pone en la mesa el flan napolitano que te hacía cuando eras niño, y para colmo, te hace esa mirada de: ‘si no te lo comes y es que no me quieres’. ¿A poco lo vas a despreciar? Queda claro que la biología se queda corta para explicar por qué accediste”.

Para entender el comportamiento alimentario se requiere la cooperación de varias disciplinas, pero, ¿qué es el comportamiento alimentario? Es todo lo que hace un organismo para alimentarse: buscar comida, escogerla, guardarla, decidir en qué cantidad consumirla, con quién la comemos y hasta cómo vamos al baño. Cada una de estas actividades es muy diferente en cada cultura, familia e individuo.

Es fácil ver que en el comportamiento alimentario entran en juego factores como los bioquímicos de la composición de los alimentos ideológicos, cuando estos alimentos interactúan con nuestro cuerpo, pero también psicológicos, ya que se trata de conductas y hábitos que desarrollamos e incluso antropológicos y sociológicos, porque esas conductas dependen de nuestras tradiciones y culturas.

Sería muy útil abordar lo alimentario desde una postura integradora. Te proporcionaremos un par de ejemplos científicos que demuestran que no solo es el hambre la que decide cuánto comemos: ¿Sabes lo que es el ‘efecto buffet’? Un estudio realizado en el CICAN del CUSUR de la Universidad de Guadalajara, mostró que las personas consumen más alimentos si estos tienen colores, formas y sabores diferentes aunque sean iguales en sus características nutritivas. Más sorprendente aún, es que al preguntarles, muchos no se daban cuenta de que habían comido más.

Otro estudio también del CICAN mostró que las personas cambian su conducta al comer si están en presencia del otro sexo. Se llama el ‘efecto Eva’, pues los hombres comen a partir de las sugerencias que hacen las mujeres.

Lo más esperanzador es que es posible modificar conductas, sobre todo, las que consideramos que nos hacen daño, por ejemplo, otro estudio del CICAN sugiere que la educación nutrimental en niños tiene consecuencias positivas, aunque el principal obstáculo para lograr el cambio son los papás.

En cambio, leer la información nutrimental que tienen los empaques de los alimentos procesados no necesariamente modifica la selección que hacemos de estos. Es muy importante generar y difundir el conocimiento acerca de todos los factores que intervienen en la conducta alimentaria.

El CICAN o Centro de Investigaciones en Comportamiento Alimentario y Nutrición, está interesado en comprender los mecanismos particulares de cada uno de los fenómenos involucrados en la alimentación.

Para saber más puedes ingresar al sitio www.cusur.udg.mx/es/cican para conocer sus actividades académicas y otros proyectos de investigación como el que se pregunta sobre el efecto del estrés en la conducta, alimentaria o los patrones alimentarios de diversos grupos sociales, desde estudiantes, trabajadores, turistas o hasta personas con alguna enfermedad.

Quizá un día los investigadores y estudiantes del CICAN nos puedan explicar por qué son tan exitosos los puestos de hamburguesas y hot dogs que tan explícitamente nos dicen el daño que sufrirá nuestro cuerpo si los comemos. Lo que seguro ahora ya sabes, es que cuando eliges algún alimento no solo lo haces porque tienes hambre.

Por: CURIOSAMENTE.