La influencia italiana en la arquitectura de Guayaquil es un reflejo del intercambio cultural y la evolución urbana que ha caracterizado a esta importante ciudad ecuatoriana desde el siglo XIX. A lo largo de su historia, Guayaquil experimentó un crecimiento significativo, impulsado por la inmigración de europeos, entre los que se destacaron los italianos. Este flujo migratorio trajo consigo no solo mano de obra, sino también una rica tradición arquitectónica que se tradujo en edificaciones que combinan el estilo europeo con las particularidades locales.

El arquitecto Florencio Conte Guerrero, docente de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UCSG y Vicerrector Académico de la institución, recibió la visita del embajador de Italia en Guayaquil, Giovanni Davole, con quien realizó un recorrido por las principales edificaciones de la ciudad. En dicha visita, Conte Guerrero comentó sobre la presencia de los italianos y cómo su influencia contribuyó al cambio en la arquitectura y el desarrollo urbano de algunas de las ciudades de Ecuador, a propósito de un libro publicado algunos años atrás sobre esa corriente arquitectónica. Durante la conversación, el embajador expresó su interés en realizar un recorrido similar en el futuro.

 

Datos históricos

 

Los italianos tuvieron una presencia significativa en Guayaquil, especialmente en la década de 1920, cuando la ciudad no solo necesitaba transformarse y recuperarse de varios incendios devastadores, sino que también contaba con los recursos necesarios para hacerlo. En este contexto, se conformó en Génova, Italia, una compañía para realizar inversiones en Ecuador. Esta empresa estableció principalmente un banco y creó dos compañías constructoras.

Estas empresas llevaron a Ecuador diversos técnicos, arquitectos, ingenieros, topógrafos, agrimensores y expertos en la construcción de hormigón armado para llevar a cabo la reconstrucción de la edificación pública que se había perdido, incluyendo los principales edificios de administración de Guayaquil, como el Palacio Municipal, la Gobernación y el hospital. Además, se renovaron edificios particulares, como el diario *El Telégrafo*, uno de los más importantes de la época, y algunas de las casas que adoptaron este estilo arquitectónico, que en Europa estaba debatiendo la sustitución de la arquitectura clásica por una más moderna y funcional, en sintonía con un entorno más verde y sostenible.