En Ecuador, catadores de agua ayudan supervisar la calidad de este recurso

Ecuador.

Estos hombres son catadores de agua, son responsables de garantizar que el agua potable de Quito tenga un sabor agradable.

Los degustadores de la empresa pública de agua de Quito se reúnen mensualmente en una habitación de paredes blancas para evitar cualquier interferencia con sus sentidos. Esos paladares entrenados saben que el agua proveniente de cada una de las 22 plantas de tratamiento presentes en Quito, con 2,8 millones de habitantes, no es igual.

“El agua del Sur tiene un sabor un poquito salado, pero no es que le va a dar sed, sino que realmente le refresca. En cambio, acá al norte que para mí es un poco más distinto”, dijo Rodrígo Vaca, miembro del equipo de cata de agua.

Para no alterar su percepción de sabores, han reducido al mínimo el consumo de café, dulces y picante. La cata fue incorporada hace 14 años al control de calidad para cumplir con la norma que exige garantizar un sabor agradable y apto.

“En Guayaquil tenemos un parámetro más de control que garantiza que tenemos una buena agua, más que todo, desde el punto de vista del consumidor, que es el que nos le interesa a nosotros”, dijo Gabriela Cabrera, directora técnica de EPMAPS.

El recurso es preciado y más que nunca en Ecuador. El país atraviesa la peor sequía en seis décadas y como buena parte de Sudamérica, sufre la fuerza devastadora de miles de incendios.

La calificación otorgada por cada uno de estos seis paladares a cada una de las muestras, es esencial para determinar que están dentro de los parámetros aceptables.

“Con una responsabilidad inmensa porque depende de los resultados que nosotros realicemos, ellos darán su visto para ver si el agua es apta o no apta”, dijo David García, miembro del equipo de cata de agua.

La pureza y potabilidad del agua en Quito está a cargo de equipos especializados en plantas de tratamiento, pero el sabor es responsabilidad de estos sommeliers  únicos en Ecuador.