Londres, Inglaterra
Los corales y anémonas no llegan a convertirse en medusas porque carecen de los genes que favorecen el crecimiento de ciertos tejidos y órganos, revela un estudio que publica la revista Nature.
La investigación, desarrollada por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (Japón), arroja que las medusas, comienzan su ciclo vital ancladas al fondo marino, como los corales o las anémonas, si bien su composición genética les permite pasar de un estado estacionario a otro móvil, tal y como las observamos nadando en los océanos.
En una primera etapa, las larvas de medusas se convierten en pólipos inmóviles y sujetos al sedimento, como paso intermedio a su etapa adulta, mientras que los corales y anémonas nunca abandonan el «estado de pólipo», por lo que se les denomina antozoos, «flores animales» en griego.
Cuando la medusa todavía existe como pólipo y se dispone a abandonar el fondo marino, se activan ciertos genes que guían este proceso, pero para poder identificarlos, detallan, era necesario comparar los genomas de los dos tipos de medusas con los de corales y anémonas, a fin de determinar con precisión qué genes aparecen en cada animal y en qué secuencia.
Los resultados de este trabajo sugieren que el genoma de la medusa de caja ha experimentado una profunda reorganización en algún punto de su evolución.
Por: EFE
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