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La caída de la contaminación por el confinamiento se ve desde el espacio

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Madrid, España. 

En comparación con marzo del año pasado, las últimas observaciones del satélite europeo Sentinel-5P muestran un acusado descenso en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en grandes ciudades europeas como Madrid, Barcelona, París y Milán. Las medidas de contención para frenar la pandemia de COVID-19 están produciendo este efecto temporal positivo.

La enfermedad COVID-19 provocada por el nuevo coronavirus se ha propagado con gran rapidez por el planeta, con cerca de 725.000 casos confirmados. Para frenar la propagación de esta pandemia se están aplicando en todo el mundo medidas estrictas para contenerla, cerrando ciudades e incluso países enteros.

El satélite Sentinel-5P muestra una fuerte reducción en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en ciudades como Madrid, Barcelona, Milán y París.

Este cese de la actividad se ha visto reflejado en una reducción significativa de las concentraciones de los contaminantes, sobre todo en grandes ciudades. Coincidiendo con la adopción de medidas de cuarentena, el satélite europeo Sentinel-5P del programa Copernicus ha cartografiado recientemente la polución en Europa y China, confirmando una importante disminución del dióxido de nitrógeno (NO2), uno de las principales sustancias nocivas que emiten los vehículos y la industria.

Científicos del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI) han utilizado datos de Sentinel-5P para monitorizar tanto el estado del tiempo como la contaminación en Europa.

En colaboración con científicos de todo el mundo, el equipo del KNMI ha empezado a trabajar en un análisis más detallado empleando datos terrestres, atmosféricos y modelización inversa para interpretar las concentraciones observadas y poder calcular mejor la influencia de las medidas de confinamiento.

Nuevas estimaciones en marcha

“Para obtener estimaciones cuantitativas de los cambios en las emisiones debidos al transporte y la industria, tenemos que combinar los datos del instrumento Tropomi del satélite Sentinel-5P de Copernicus con modelos de química atmosférica”, explica Henk, “unos estudios que ya han comenzado, pero que aún van a tardar en completarse”.

También se están observando con atención otros países del norte de Europa, como los Países Bajos y el Reino Unido, pero los científicos han detectado una mayor variabilidad debida a sus condiciones meteorológicas inestables, un factor que también hay que tener en cuenta.

Nuevas mediciones tomadas este mes ayudarán a evaluar los cambios en el dióxido de nitrógeno sobre el noroeste del continente.

Por: SINC

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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