Tokio.
La combinación de los términos: love, amor en inglés, y robot, se han fusionado para idear a Lovot.
Un aparato que aspira a convertirse en un compañero para el ser humano, y solucionar el creciente problema de la soledad.
Kaname Hayashi, uno de los responsables del androide Peper, presentó en Tokio su nueva apuesta por la robótica emocional, que nace con el objetivo de despertar sentimientos de amor.
Lovot es tímido cuando conoce a alguien nuevo, reconoce las voces habituales y le encantan las muestras de cariño.
Con apenas la capacidad de interacción deun bebé y a pesar de no trabajar para las personas.
Lovot cuenta con sensores en 20 lugares que evitan que choque o caiga, tiene una temperatura similar a la de un ser humano, es sensible al tacto, puede emitir sonidos a través de cuerda bocales artificiales y sus ojos le permiten bajar la mirada, parpadear y reconocer las emociones del interlocutor.
Pensado para convertirse en un robot familiar, diseñado para que su dueño le coja cada vez más cariño.
Pesa tres kilos, circula en ruedas a una velocidad de dos o tres kilómetros por hora y es capaz de volver a su lugar de carga cuando se le está agotando la energía.
La compañía que fabrica el robot, planea sacarlo al mercado en formato de pareja, con dos unidades a un costo de 4,600 euros. Además del precio de compra,
el dueño tendrá que pagar una tarifa mensual de mantenimiento. Aquellos que deseen una sola unidad, tendrán que esperar al 2020, donde se venderá alrededor de 2,700 euros. (EFE)
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